Escapando del gobierno, el kirchnerismo busca ocultar sus crímenes colonizando los órganos de control. Hoy designó de modo irregular a dos nuevos miembros del directorio de la Auditoría General de la Nación. Con algunas notas notables: una, el gobierno nombra a dos genuflexos partisanos (uno de los controladores juró, como se ve, haciendo la V que simboliza al partido de gobierno: así da muestra de la imparcialidad con que controlará al gobierno); otra, la escandalosa sesión, que forzó a la oposición a dejar sin quorum las designaciones, fue comandada cínica y vergozosamente por Julián Domínguez, “el ala conciliadora” del gobierno, que hoy -para quien tenía dudas- dejó en claro cuál era su estatura moral.
La designación de los dos auditores se hizo en medio de una sesión especial, que por tanto tenía sus temas acotados: no era posible tratar en el recinto cuestiones no definidas de antemano. Por lo demás, la única manera de incorporar un tema nuevo era a través del voto de las tres cuartas partes de la Cámara: al kirchnerismo no le interesó esa restricción, y votó igual por lo que quería, con absoluto descuido de las exigencias reglamentarias. Sólo quería arrasar, provocando.
Algunos han dicho que la nueva legislatura podrá anular lo hecho en la sesión. Creo que, más bien, constituye ésta una gran oportunidad para direccionar el control judicial hacia donde debe ir. Entre otros (no muchos más) lugares, el control judicial debe dirigirse al control de los procedimientos legislativos. Frente a la flagrante inconstitucionalidad de los nombramientos, proponemos una contundente, pionera, necesaria, invalidación de las designaciones hechas hoy por el gobierno.
* Jurista y académico especializado en DDHH. De su blog http://seminariogargarella.blogspot.com.ar/