Israel-Palestina: La paz que no llega

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El secuestro y muerte de tres estudiantes israelíes en la parte ocupada de Cisjordania amenaza con hacer recrudecer la violencia en Medio Oriente. Tel Aviv y el grupo islámico Hamas se cruzan amenazas, y se multiplican las acciones militares. Una agrupación yihadista reivindicó el hecho.

La aparición de tres jóvenes estudiantes israelíes asesinados en la parte ocupada de Cisjordania amenaza con hacer recrudecer la violencia en Medio Oriente, en medio de las amenazas cruzadas entre Tel Aviv y el grupo islámico Hamas, y la aparición de una agrupación yihadista que reivindicó el hecho.

Un grupo desconocido autodenominado “Partidarios del Estado Islámico” que juró fidelidad al jefe de la formación yihadista “Estado Islámico” -activa en Siria e Irak- reivindicó, en un comunicado publicado en sitios islamistas, el secuestro y asesinato de Eyal Yifrach, de 19 años, Naftali Frankel y Gilad Shaer, ambos de 16.

Los jóvenes, estudiantes de escuelas religiosas de Israel, fueron encontrados muertos este lunes a poca distancia de la localidad de Halhul, cerca de la ruta donde fueron vistos por última vez haciendo “dedo” a la salida del colegio, el pasado 12 de junio.

Israel acusó del hecho a Hamas y este martes preparaba represalias, procurando evitar que generen un conflicto regional o fuertes críticas en el extranjero, mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió que “hará pagar” al grupo islamista.

Como advertencia, Israel lanzó en la noche del lunes unos 30 ataques aéreos contra la Franja de Gaza, apuntando a terrenos de entrenamiento de grupos armados, sin que se registrasen víctimas, y el ejército israelí mató el martes a un joven palestino durante una incursión en el campamento de refugiados de Jenin, en el norte de Cisjordania.

Ante esta escalada de violencia, los dirigentes internacionales y los principales analistas israelíes pidieron serenidad a Netanyahu, aconsejando que ordenase operaciones selectivas y limitadas.

“Nosotros consideramos al Hamas responsable del secuestro y del asesinato de los jóvenes y sabemos cómo ajustarles las cuentas”, declaró por su parte el ministro israelí de Defensa, Moshe Yaalon.

Hamas, que negó estar involucrado en el hecho, aunque dijo apoyar “cualquier acto de resistencia contra la ocupación israelí” y prometió a Tel Aviv que “si se lanza en una guerra o en una escalada, abrirá las puertas del infierno”.

Desaparición y muerte. Los estudiantes Yofrach, Shaer y Frenkel salieron el 12 de junio de sus clases en una escuela religiosa ubicada en las colonias de Gush Etzion, en la ciudad palestina de Hebrón, y procuraban volver a sus casas a “dedo”, según los testigos.

Pero desde ese momento no se supo más de sus paraderos. Recién este lunes aparecieron sus cadáveres en un zanjón ubicado en la zona ocupada de Cisjordania, a sólo diez minutos del lugar donde fueron vistos por última vez.

Poco es lo que se sabe de estos tres adolescentes: Naftali Frenkel, de 16 años, era descendiente de inmigrantes estadounidenses que habían llegado a Israel en 1956 y vivían cerca de Hebrón, mientras que Shaer y Yofrach residían en la región de Ramala. Sus familiares pidieron realizar inmediatamente su funeral para cumplir con los ritos judíos, y los tres fueron despedidos este martes en medio de una gran conmoción de familiares y amigos.

En tanto, el ejército israelí destruyó las casas de los dos principales sospechosos del secuestro y asesinato de los jóvenes: dos miembros de Hamas en Hebrón. El alcalde de esa ciudad, Daud Zatari, dijo que no se sabe si el acusado Abu Aishi y su presunto cómplice Marwan Qawasmeh “tuvieron algo que ver” con las muertes de los jóvenes, pero consideró excesiva la actitud de Israel.

El cuñado de Marwan, llamado Hosni, negó que su familiar fuera miembro de Hamás, aunque admitió que “quizá cuando era estudiante”.

Bombardeos en Gaza. En los últimos días, la aviación israelí bombardeó violentamente una treintena de objetivos, en particular los campos de entrenamiento de los grupos armados, en la franja de Gaza, sin causar víctimas.

Los caza F-16 israelíes apuntaron este martes contra las bases de Hamas y de la Yihad Islámica en Jan Yunes y Rafah, en el sur del enclave, según el brazo armado de Hamas.

Horas antes, el gobierno de Tel Aviv había exhortado a Hamas a que detuviera los disparos de proyectiles desde Gaza: al menos 14 cohetes y obuses fueron disparados el lunes contra el sur de Israel desde la Franja, sin que se registraran víctimas, anunció el ejército israelí. Los proyectiles sólo dañaron levemente dos viviendas.

“Si estos disparos continúan, hay dos posibilidades: o los detiene Hamas, que es la autoridad responsable en la zona, o los detendremos nosotros”, advirtió Netanyahu, en declaraciones difundidas por la radio militar.

“Le recomiendo enérgicamente a Hamas que tome en cuenta el hecho de que no permitiremos que estos disparos continúen o se extiendan”, afirmó ante su consejo de ministros.

En las últimas dos semanas, sin contar los disparos de este lunes, los grupos palestinos dispararon unos 25 cohetes u obuses contra el sur de Israel, que en todos los casos dieron lugar a ataques nocturnos de represalia.

En Cisjordania, desde el 12 de junio, en el transcurso de las operaciones de búsqueda de los jóvenes secuestrados, los soldados israelíes mataron a cinco palestinos y detuvieron a otros 400.

La última gran operación militar de Israel en Gaza tuvo lugar en noviembre de 2012. Durante ocho días, la fuerza aérea israelí lanzó cientos de ataques y cientos de proyectiles cayeron en Israel provenientes del territorio palestino, llegando en algunos casos hasta Tel Aviv. Murieron 177 palestinos y seis israelíes, en su mayoría civiles.

Sin embargo, según los comentaristas, los actuales jefes militares israelíes se oponen a una operación terrestre de gran envergadura en Gaza, la cual podría dejar víctimas en filas del ejército y dar lugar a críticas en el plano internacional.

“Tranquilizar a los israelíes”. El editorialista del diario “Yediot Aharonot” afirmó que espera que los ministros involucrados piensen ” primero en el enemigo exterior y sólo después en las presiones del interior”.

“Israel debe continuar atacando al Hamas” pero “con inteligencia y quirúrgicamente”, sin castigar a la población ni a la Autoridad Palestina, escribió.

El especialista militar del diario “Haaretz” destacó que “el objetivo declarado del gobierno es la disuasión con los palestinos, pero su objetivo práctico es tranquilizar a los israelíes”, señalando el peligro de que se produzca una ola de agresiones individuales contra la minoría árabe o los palestinos.

La policía israelí fue puesta en estado de alerta en todo el territorio por temor a atentados o a represalias.

“Haaretz” advirtió que “hay una gran tentación política de tomar medidas espectaculares contra el Hamas en Gaza”, pero eso podría desencadenar andanadas de cohetes contra la región de Tel Aviv.

Según esa hipótesis, opinó el analista del cotidiano Maariv, “el Hamas recuperaría un poco de simpatía internacional porque sería atacado por el gran y poderoso Israel. Después de tres días, nadie se acordaría de los tres jóvenes asesinados y todo el mundo hablaría de la población palestina bajo la bota del ocupante”.

El corresponsal de la BBC en Jerusalén, Kevin Connolly, indicó que en la noche del martes Israel realizó varios ataques a sitios estratégicos de Hamas en la Franja de Gaza, pero consideró que esa “no es la respuesta definitiva que dará a la muerte de los tres jóvenes”.

“Israel está convencido de que el autor de estas acciones fue Hamas, y la represalia estará a la medida de lo que el primer ministro Netanyahu piensa es el tamaño del dolor y la rabia del pueblo judío frente a la muerte de estos tres jóvenes”, añadió Connolly.

Estados Unidos, Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) condenaron enérgicamente el asesinato de los jóvenes israelíes. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, pidió “moderación a todas las partes involucradas para no agravar aún más la situación frágil en la región”.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó el hecho, solidarizándose con los familiares de los jóvenes. “Insto a todas las partes a evitar dar pasos que pudieran desestabilizar aún más la situación”, sostuvo, y agregó: “Como padre, no me imagino el indescriptible dolor que tienen que estar experimentando los padres de estos adolescentes”.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon calificó el hecho como un “crimen atroz” y exhortó a las partes “a abstenerse de emprender acciones que pudieran agravar aún más esta situación, de por sí ya muy tensa”.

Organismos internacionales como “Human Right Watch” y la organización israelí de defensa de los derechos humanos “Betselem” también pidieron al gobierno de Netanyahu que no emprenda una venganza contra el pueblo palestino.

“Condenamos el terrible hecho de la muerte de los tres jóvenes, pero también le pedimos a Israel que evite cualquier daño a la población palestina inocente o aproveche la atmósfera colectiva en Israel tras el descubrimiento de los cuerpos para imponer un castigo colectivo”, afirmó una vocera de “Betselem”.

Desde ese secuestro, el ejército israelí mató a cinco palestinos durante su operación en Cisjordania, arrestó a 420 palestinos, 305 de los cuales son miembros del Hamas, y registró más de 2.200 edificios.

Hamas debilitado. Tras un año difícil, como consecuencia del derrocamiento del presidente islamista egipcio Mohamed Mursi en julio de 2013, “Hamas basaba sus esperanzas en el gobierno palestino de reconciliación y su creciente proximidad con Occidente y el mundo árabe, principalmente Egipto”, estimó por su parte Alex Fishman, corresponsal militar del diario israelí Yediot Aharonot.

Hamas renunció al poder en Gaza tras un acuerdo con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Abas y la posterior formación el 2 de junio de un gobierno de unidad para Gaza y Cisjordania compuesto por personas independientes.

Fishman subrayó algunas de las consecuencias de este acuerdo para el movimiento islamista, que ya sufría el bloqueo israelí de Gaza y el cierre de la frontera con Egipto, como el cese de 40.000 funcionarios de Hamas, que se quedaron sin empleo ni salario.

Los comentaristas estiman que Hamas aceptó las condiciones de Abas para llegar a un acuerdo, que preveía el abandono del poder en Gaza, con el fin de garantizar su supervivencia a largo plazo.

No obstante, un dirigente de Hamas, Musa Abu Marzuk, acusó a Abas de haber abandonado la franja de Gaza.

“Hoy en día, temo que se necesite que Hamas vuelva a proteger la seguridad de su pueblo”, escribió en Facebook. “Gaza no va a vivir en el vacío. En este momento no está bajo la responsabilidad del gobierno anterior ni bajo la responsabilidad del gobierno de unión nacional”, agregó.

Abas “no quiere reconciliarse. Aunque le demos Gaza, no la tomará”, aseguró.

Hebrón es hoy escenario de la mayor operación militar desde hace diez años, lo que amenaza con un recrudecimiento de la violencia entre israelíes y palestinos.

La comunidad internacional mira con atención hacia la región, e intenta contener a un gobierno de Tel Aviv dispuesto a “hacer pagar” a Hamas por la muerte de sus tres estudiantes.

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