El ataque a Siria: Obama en su trampa

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La advertencia del presidente de Estados Unidos de que atacaría al régimen sirio si cruzaba la \”línea roja\” de utilizar armas químicas lo hizo esclavo de su propia promesa. Aunque las consecuencias sean sopesadas a cada momento y no tengan una respuesta.

El presidente Barack Obama enfrenta la gran disyuntiva sobre el modo en que su país concretará el tan anunciado ataque punitivo contra el régimen sirio y, aunque constitucionalmente no lo necesita, delegó en el Congreso estadounidense la decisión final del ataque.

Obama advirtió hace tiempo que atacaría Damasco si el régimen de Bashar al Asad utilizaba armas químicas, y cuando las fotos de los cadáveres de adultos y niños recorrieron el mundo hace dos semanas, se decidió a actuar.

Pero el líder de la Casa Blanca se enfrenta ahora a una gran disyuntiva, ya que un ataque al régimen de Asad (apoyado por Irán y el Hezbolá) podría implicar una “ayuda” indirecta a los rebeldes sirios aliados a Los Hermanos Musulmanes y especialmente a Al Qaeda.

De hecho, crecen las voces críticas que advierten que si Washington ataca Siria, la primera potencia mundial podría convertirse en una especie de fuerzas armadas de Al Qaeda.

Y de acuerdo con diversas encuestas, casi tres de cada cuatro personas cree que un ataque podría traducirse en represalias contra Estados Unidos y sus aliados en la región, y más del 60 por ciento piensa que conduciría a un involucramiento a largo plazo en el país. (Ver recuadro “Amplia mayoría de estadounidenses…”).

Por ese motivo, y aunque pidió que el Congreso apruebe “rápidamente” el ataque a Siria, lo más probable es que el mismo sea breve y apunte a lugares concretos y estratégicos, para demostrar el involucramiento de la primera potencia ante la masacre de civiles, aunque manteniendo en realidad el statu-quo.

Es que Asad puede ser para Estados Unidos y sus aliados una especie de “mal menor”, comparado con el fanatismo y el anti-occidentalismo de la Hermandad Musulmana.

Pero Obama afirmó que el uso de armas químicas que le atribuye al gobierno sirio representa una “seria amenaza” a la seguridad de Estados Unidos y “a toda la región”, y dijo que por eso Asad y Siria “deben rendir cuentas”.

El mandatario insistió en que el plan delineado por su gobierno es “limitado” y “no involucra tropas terrestres” e intentó dejar en claro, una vez más, que “esto no es Irak y no es Afganistán”.

El presidente sirio, al que la oposición de su país y varias naciones occidentales acusan de haber matado a centenares de civiles con gases tóxicos el 21 de agosto cerca de Damasco, alertó por su parte contra los riesgos de una “guerra regional” en caso de ser atacados.

El propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió que un ataque militar contra Siria podría empeorar el conflicto en ese país, e insistió en que las potencias del Consejo de Seguridad deben unirse para detener el uso de armas químicas.

“Debemos considerar el impacto de cualquier acción punitiva en los esfuerzos para evitar un mayor baño de sangre y facilitar una solución política del conflicto”, subrayó Ban en una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York.

Cuestión estratégica. Expertos en la región coinciden en que un ataque estadounidense con misiles podría empeorar la situación en Siria y derivar en consecuencias impredecibles. Y la mayoría cree que el blanco del ataque sería el arsenal del régimen sirio y no los lugares donde se sospecha que se almacenan armas químicas.

Esta última sería la “peor opción posible” ya que eventualmente podría esparcir las sustancias químicas al viento, según Hamish de Bretton-Gordon, ex comandante del regimiento de defensa química de las fuerzas armadas británicas, en declaraciones publicadas por la CNN.

“El asunto clave no es la táctica de los ataques, sino la estrategia posterior”, agrega Anthony Cordesman, ex funcionario del Departamento de Defensa que actualmente trabaja para el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

En tanto para Jeffrey White, del Instituto Washington para las Políticas del Cercano Oriente, “un ataque limitado acabaría con la moral de las fuerzas del régimen y provocaría deserciones y escisiones”.

Pero los analistas sostienen que en ese escenario la oposición se envalentonará, incluido el Frente Al Nusra de Al Qaeda. “Si la oposición gana, Al Qaeda ganará el poder”, sostiene Michael Rubin, ex funcionario del Pentágono que ahora trabaja para el Instituto American Enterprise.

“Existe el riesgo real de que el desestabilizar el régimen de Asad active a los yihadistas y a los grupos rebeldes afiliados a Al Qaeda”, coincide Erica Borghard, autora del análisis de políticas “Arms and Influence in Syria: The Pitfalls of Greater U.S. Involvement” (“Las armas y la influencia en Siria: los riesgos de una mayor intervención de Estados Unidos”).

Obama, al Congreso. En Washington, ya empezó la campaña lanzada por Obama para convencer al Congreso de que dé luz verde la semana próxima para golpear a Siria. Y para ello fueron convocados ante el Senado el secretario de Estado John Kerry, el jefe del Pentágono Chuck Hagel y el general Martin Dempsey, militar de mayor rango en Estados Unidos.

Obama invitó a responsables de las comisiones del Congreso a visitarlo en la Casa Blanca, donde insistirá sobre las consecuencias que una inacción ante Siria tendría sobre la credibilidad de Estados Unidos en el escenario internacional.

Pero los legisladores estadounidenses quieren enmendar significativamente las dos páginas de la resolución que elaboró la Casa Blanca, para subrayar claramente que ningún soldado estadounidense sería enviado a territorio hostil.

Al defender la postura de la Administración Obama ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Kerry dijo que su país debe actuar con medidas punitivas y no debe ser “aislacionista” ni “espectador de la masacre” que ocurre en Siria.

“Ni nuestro país ni nuestra conciencia pueden permitirse el costo del silencio”, sostuvo Kerry. Y advirtió: “Hemos hablado contra este horror inenarrable. Ahora debemos actuar”.

El jefe de la diplomacia norteamericana aprovechó también para enviar un mensaje a Irán, uno de los mayores aliados de Damasco. “Irán espera que ustedes miren para otro lado. Nuestra inacción le daría ciertamente la posibilidad de, en el mejor de los casos, equivocarse respecto de nuestras intenciones, si es que no deciden ponerlas a prueba”, advirtió Kerry ante los senadores.

Por su parte, Hagel explicó que los objetivos de una acción militar serían “reducir la capacidad” del régimen sirio de perpetrar otros ataques químicos y “disuadirlo” de recurrir nuevamente a su arsenal.

“Pensamos que podemos alcanzar (esos objetivos) con una acción militar de duración y un alcance limitados”, afirmó, recordando que no se trata “de resolver el conflicto en Siria por la fuerza militar directa”, agregó.

Sin embargo, el general Jack Keane, ex subjefe del Estado Mayor del Ejército, admitió a la BBC que Obama les dio a entender a los senadores que el objetivo de la acción militar iría más allá de las armas químicas, si el Congreso aprueba la intervención militar.

“Creo que hay dos cosas fundamentales en lo que va a pasar: él va a disuadir y degradar -y la palabra importante es degradar- significativamente la capacidad militar del régimen de Assad”, indicó Keane.

El titular de la Cámara de Representantes, John Boehner, del opositor Partido Republicano, adelantó a la prensa que apoyará “el llamado del presidente en favor de una acción” militar, por considerar que “es algo que Estados Unidos, como país, debe hacer”.

Sin embargo, el destacado académico, filósofo y lingüista estadounidense, Noam Chomsky, aseguró que un ataque sin el apoyo de Naciones Unidas, sería un crimen de guerra, independientemente de la aprobación del Congreso.

“La agresión sin autorización de la ONU sería un crimen de guerra, y muy grave, eso está muy claro, a pesar de los esfuerzos forzados de apelar a otros delitos como precedentes”, sostuvo Chomsky en un correo electrónico enviado al periódico “The Huffington Post”.

Además, destacó que a medida que decrece el apoyo internacional a la decisión de Obama de atacar Siria, el gobierno recurrió a un pretexto estándar para los crímenes de guerra cuando todo lo demás falla: “la credibilidad de las amenazas del policía autodesignado del mundo”.

Para el presidente de Ecuador, Rafael Correa, las acusaciones norteamericanas contra el gobierno sirio “no son más que un pretexto para apoderarse del petróleo, tal como ocurrió hace 10 años en la invasión a Irak, país al que se acusó de poseer bombas de destrucción masiva” que nunca fueron encontradas.

Correa ratificó adelantó además que espera una condena “contundente, clara, frontal y sin miedo” por parte de todos los Estados que integran la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), para alertar al mundo sobre lo que considera son las verdaderas intenciones de Francia, Gran Bretaña y, especialmente Estados Unidos.

Los aliados. En este contexto de tensión, Rusia -aliado del régimen sirio- detectó el martes por la mañana el lanzamiento de dos misiles de crucero en el mar Mediterráneo, que cayeron al mar.

Uno de ellos pudo ser efectuado en el marco de un ejercicio israelí-estadounidense. En efecto, el ministerio de Defensa israelí anunció poco después haber realizado “con éxito” un disparo de misil que formaba parte de ese ejercicio militar conjunto.

Asimismo, la Armada estadounidense ajustó su equipamiento ante un eventual ataque en Siria con cuatro destructores en la zona oriental del Mediterráneo, en tanto envió un grupo aeronaval al Mar Rojo, informó una fuente de Defensa.

El presidente de Francia, François Hollande, llamó este martes a Europa a unirse ante la situación siria y expresó confianza de que eso efectivamente ocurra. El parlamento francés debatirá el miércoles en sesión extraordinaria una eventual intervención militar, aunque no está prevista ninguna votación, dijo el primer ministro Jean-Marc Ayrault.

En una entrevista que publicó el diario francés “Le Figaro”, Asad dijo que “el pueblo francés no es nuestro enemigo, pero (…) en la medida que la política del Estado francés es hostil al pueblo sirio, ese Estado será su enemigo”.

“Habrá repercusiones, negativas desde luego, sobre los intereses de Francia”, agregó el presidente sirio. “Existe el riesgo de una guerra regional. Medio Oriente es un polvorín, y el fuego se está acercando”, añadió.

En Israel la gente espera durante horas en la entrada del centro de distribución de máscaras de gas en Tel Aviv para protegerse en caso de un ataque a Siria.

Según el ex ministro del Partido Laborista Isaac Herzog, los temores de la población se deben a la suposición de que Siria cuenta con una gran cantidad de armas químicas que podrían ser usadas contra Israel en caso de ser atacado por Estados Unidos.

“Ahora hay presión (por reservas de máscaras de gas) porque… mis fuentes en la oposición siria dicen que Asad tiene 3.000 toneladas de gas sarín”, afirma Herzog. Y agrega: “Es una cantidad enorme”.

Pero incluso entre quienes acuden a buscar su máscara de gas, hay muchos que creen que las probabilidades de que Siria ataque a Israel son escasas.

Incluso el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu volvió a exhortar a la gente a seguir sus vidas con normalidad.

“Yo diría que entre el 60 y el 70 por ciento de los israelíes piensa que Siria no atacará a Israel si la operación estadounidense se limita a un ataque quirúrgico y no intenta acabar con el régimen del presidente Asad”, indicó el profesor Ephraim Yaar, jefe del programa de resolución de conflictos de la Universidad de Tel Aviv y experto en opinión pública israelí.

Aunque advirtió a la BBC que “si la acción estadounidense es más amplia y causa daño al gobierno de Asad y sus reductos, entonces tendríamos que preocuparnos no sólo por Siria, sino también por Hezbolá”.

Para el ex asesor de Seguridad Nacional israelí Giora Eiland, “el riesgo de que Hezbolá abra fuego contra Israel después de un ataque a Siria es incluso más alto que la probabilidad de que los mismos sirios lo hagan”.

“Tiene sentido que si Siria es atacada por Estados Unidos o sus aliados, Irán dará instrucciones a Hezbolá para abrir fuego contra Israel”, agregó.

La advertencia de Obama de que atacaría al régimen sirio si cruzaba la “línea roja” de utilizar armas químicas lo hizo esclavo de su propia promesa. Aunque las consecuencias sean sopesadas a cada momento y no tengan una respuesta.

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