Los ejemplares de la especie “Eubalaena australis” o ballena franca austral configuran un espectáculo asombroso que se repite todos los años con una población que ronda las 2.000 mamíferos cuando se producen los nacimientos.
El Gobierno de Chubut dejó oficialmente inaugurada la temporada de ballenas, el mayor atractivo turístico que tiene esa provincia patagónica.
El acto oficial que abrió la temporada de avistaje de ballenas, que se extenderá hasta fin de año, se realizó en un hotel de Puerto Madryn, ciudad cabecera de todas las actividades relacionadas con el turismo alrededor de estas magníficos e imponentes animales marinos.
Las ballenas francas australes arriban cada año a estas costas para cumplir con un nuevo ciclo de reproducción: hembras que dan a luz a sus crías, hembras y machos adultos que llegan para aparearse, ejemplares juveniles que socializan y otras hembras adultas que traen consigo a la cría para su destete.
Las ballenas no forman manadas sino que se desplazan en forma solitaria, pero se las puede ver en parejas de cópula o madre-cría, y como saltan con frecuencia, se transforman en un atractivo único.
Además dejan ver su enorme cola fuera del agua por largo rato, cuando no golpeando la superficie con las aletas, provocando “explosiones” de espuma de mar.
Península Valdés es el área que tiene la particular forma de hongo que se ve recostado sobre el mar cuando se mira el mapa de Chubut. Este mágico espacio que fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad en 1999.
Allí operan seis empresas habilitadas para brindar el servicio de avistaje aunque los ejemplares también se pueden divisar desde la costa, en la zona conocida como “El Doradillo”, al norte de Puerto Madryn.
Los ejemplares de la especie “Eubalaena australis” o ballena franca austral configuran un espectáculo asombroso que se repite todos los años con una población que ronda las 2.000 mamíferos cuando se producen los nacimientos.
Estos mamíferos, que llegan a pesar 50 toneladas y a medir unos 15 metros de largo, fueron aumentando en número y tiempo de permanencia en la zona, y en la actualidad se calcula que la mitad de la población mundial de esta especie llega a estas aguas cada año, con mayor presencia entre septiembre y octubre.
La recuperación de la población luego de una política de conservación en la que se involucraron organismos públicos y privados se evidencia en que se observan ejemplares en un espacio mucho mayor de la costa.
Desde hace años el área de “amortiguación” que circunda a Península Valdés permite ver ejemplares a lo largo del golfo San Matías, sobre Río Negro, al igual que al sur de ese accidente geográfico, hasta cercanías de la desembocadura del río Chubut frente a Puerto Rawson.