Argentina acompañó la iniciativa que votaron 93 países, en represalia a lo que consideran crímenes de guerra por parte del Ejército ruso en su invasión a Ucrania.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) suspendió hoy a Rusia de su Consejo de Derechos Humanos por 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones, por los presuntos crímenes de guerra de los que se acusa al Ejército ruso en su invasión a Ucrania y que el Kremlin niega.
El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, manifestó que estaba “agradecido” con los estados miembros de la ONU que “eligieron el lado correcto de la historia”.
“Los criminales de guerra no tienen cabida en los órganos de la ONU destinados a proteger los derechos humanos”, añadió.
Argentina, que preside temporariamente el Consejo de Derechos Humanos, votó a favor de la iniciativa impulsada por las potencias occidentales.
Entre los países latinoamericanos, Colombia, Chile y Uruguay también apoyaron la suspensión rusa, mientras que Brasil y México se abstuvieron.
En contra de la iniciativa votaron China, Venezuela, Corea de Norte, Irán, Siria y Cuba, entre otros.
El miércoles, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había declarado que la posible exclusión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sería inconcebible al sostener que el trabajo de ese organismo no será efectivo sin la presencia rusa.
Preguntado si era importante para Rusia seguir como miembro de ese ente, Peskov respondió “naturalmente, en calidad de miembro permanente del Consejo de Seguridad” de la ONU.
En paralelo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, había reclamado la exclusión de Rusia de ese organismo, el más poderoso de la ONU, al manifestar que cometió “los peores crímenes de guerra”.
El lunes pasado, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, anunció que promovería la exclusión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, precisó por su parte que la solicitud de Estados Unidos de excluir a Rusia fue presentada a petición del presidente Joe Biden.
Esa declaración se produjo después que el pasado fin de semana las autoridades ucranianas y los medios de comunicación occidentales difundieran numerosas imágenes en las que aparecen cadáveres de civiles en las calles de la ciudad de Bucha, situada al noroeste de la capital Kiev.
La localidad estuvo bajo el control de las tropas rusas, que la abandonaron el 30 de marzo pasado.
La fiscal general de Ucrania, Irina Venedíktova, comunicó que en total se hallaron 410 cuerpos de civiles en la periferia de Kiev.
El ministerio de Defensa ruso calificó las imágenes publicadas de montaje y provocación, lo adjudicó a “las Fuerzas Armadas ucranianas” y negó que los habitantes locales sufrieran abusos.
El Kremlin rechazó en términos categóricos la implicación de militares rusos en asesinatos de civiles en Bucha e insistió en la organización de un debate internacional al respecto.