No obstante, Washington solicitó a Moscú que no sean difundidas. Las diferencias siguen siendo “significativas”, reveló el jefe de la OTAN.

El embajador de EEUU en Rusia, John Sullivan, acudió este miércoles a la sede del ministerio de Exteriores en Moscú para entregar las respuestas por escrito a las propuestas de garantías de seguridad formuladas a mediados de diciembre por el Kremlin.

Al abandonar el ministerio, Sullivan no hizo declaraciones pero desde la Cancillería rusa indicaron que el vicecanciller Alexánder Grushkó recibió al diplomático estadounidense.

Según informes previos de CNN y Reuters, EEUU enumeró las áreas generales en las que está dispuesto a trabajar con Rusia, incluyendo el control de armas y una mayor transparencia, así como en la colocación de sistemas de misiles.

En diciembre, Rusia entregó los proyectos de dos acuerdos que quiere alcanzar con EEUU y la OTAN: entre otros puntos, pidió que la Alianza Atlántica detenga su expansión hacia el este y que Ucrania no adhiera a ella.

El pacto propuesto por Moscú a Washington tiene ocho artículos. El primero de ellos estipula que ambas partes deben actuar con base en los principios de seguridad indivisible y no provocar daños a la seguridad mutua; el segundo, que tanto Rusia como EEUU procuren que cualquier organización internacional, alianza militar o coalición en las que participe una de las partes respete los principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas.

Otros puntos prevén evitar la expansión de la OTAN hacia el este, no admitir en esa alianza militar a estados que fueron miembros de la extinta Unión Soviética, no utilizar el territorio de otros países para atacar a la otra parte, no desplegar tropas y armamento en zonas donde esto sería percibido como una amenaza, no usar bombarderos pesados ni buques de guerra fuera del espacio aéreo y las aguas territoriales nacionales o internacionales, no desplegar misiles terrestres de alcance corto o medio  fuera del territorio nacional o en áreas desde donde puedan alcanzar objetivos de la otra parte y, finalmente, no capacitar al personal militar ni a civiles de países no poseedores de armas nucleares en el uso de ellas.

En rigor, todo esto es lo que están haciendo ahora mismo tanto Washington como la Organización.

La versión del acuerdo para la OTAN consta de nueve artículos y es parecido al documento propuesto a Washington, pero las autoridades rusas insisten en que la Alianza retire todas las tropas y todo el equipo militar que fueron desplegados en territorios de los países que adhirieron a la organización después de 1997.

Negociaciones sin salida. La semana pasada se desarrollaron negociaciones entre las partes y tras ellas, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que EEUU y la OTAN “rechazan categóricamente nuestro derecho a solicitar la no expansión” del bloque hacia el este.

Respecto a los temas principales de las reuniones, el vicecanciller ruso Serguéi Riabkov señaló que EEUU y sus aliados “de hecho nos dicen un ‘no'” en puntos clave de los documentos sobre las garantías. “Donde nos dicen ‘sí, vamos a seguir discutiendo’, pero destacamos, por nuestra parte, que, pese a la importancia y la seriedad de estas cuestiones, son secundarias respecto a la no expansión de la OTAN”, reiteró.

Mientras tanto, el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, confirmó que entre las partes “hay diferencias significativas”, aunque indicó que la Alianza no instalará “tropas de combate” en territorio ucraniano.