El Gobierno dice que está dispuesto a negociar y propone llevar a cero casi 2.000 posiciones arancelarias pero cree fundamental que el bloque siga unido.
Luego de que el viernes pasado, en el 30° aniversario del Mercosur y cuando Argentina se hacía cargo de la presidencia “pro tempore” del Mercosur, se diera el fuerte cruce entre los presidentes Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou, en el que el mandatario uruguayo consideró el bloque regional representa actualmente un “lastre”, y que el mandatario argentino lo invitara a “bajarse del barco”, comenzaron a llegar mensajes conciliatorios.
Por ejemplo, fuentes de la Cancillería argentina deslizaron que está dispuesta a discutir aranceles, pero instaron al país vecino a presentar por escrito su propuesta para flexibilizar el bloque.
El foco del conflicto está centrado hoy en dos cuestiones: la posibilidad de desarrollar negociaciones con otros países por fuera del bloque y la baja de aranceles externos comunes.
Si bien estos debates vienen dándose desde hace años, la semana pasada se renovaron las tensiones luego del pedido de Uruguay y Brasil de darle mayor amplitud de miras al foro regional.
En ese marco el ministerio que conduce Felipe Solá llamó a Uruguay a presentar de manera formal su propuesta. “La palabra flexibilizar da lugar a muchas ambigüedades, necesitamos conocer la iniciativa concreta”, señaló el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería Jorge Neme.