El Gobierno estadounidense dispone de 14 días para apelar el fallo pero mientras los abogados del cofundador de Wikileaks pidieron su libertad inmediata bajo fianza.

La jueza del Tribunal Penal Central de Londres Vanessa Baraitser decidió este lunes, en una de las sentencias más relevantes de las últimas décadas, que Julian Assange, el cofundador de Wikileaks, no debe ser extraditado a Estados Unidos, donde se enfrentaría a penas de hasta 175 años de cárcel.

La magistrada aseguró, en la lectura de su resolución, que “el riesgo de que Assange se suicide, si se permitiera la extradición, es elevado”.

El Gobierno estadounidense dispone ahora de 14 días para apelar el fallo, pero mientras la defensa de Assange pidió su inmediata libertad provisional bajo fianza pero la jueza ordenó que siga por el momento bajo custodia.

Decenas de seguidores del “hacker” celebran la decisión a las puertas del tribunal en la capital británica.

Assange fue condenado a casi un año de cárcel por la justicia británica por burlar las condiciones de su libertad provisional en 2012. Las autoridades suecas habían exigido la entrega del prófugo, acusado de los delitos de violación y abusos sexuales contra dos mujeres que colaboraron en un acto de Wikileaks en Estocolmo, dos años antes.

Assange obtuvo la protección diplomática del Gobierno de Ecuador, presidido entonces por Rafael Correa, y se mantuvo encerrado durante siete años en las dependencias de la embajada de ese país en Londres.

Washington acusa a Assange de varios delitos contra la Seguridad Nacional. En colaboración con la exsoldado Chelsea Manning, obtuvo y publicó documentos confidenciales sobre la intervención militar de Estados Unidos y sus aliados en Irak y Afganistán.

Antecedentes. El actual Gobierno ecuatoriano de Lenin Moreno lo entregó a las autoridades británicas en abril de este año acusándolo de haber abusado de su hospitalidad y llevado a cabo actividades ilegales y de injerencia en los asuntos internos de otros países desde su lugar de encierro.

El Gobierno sueco decidió reactivar las acusaciones contra Assange, que había sido sobreseído provisionalmente, después de conocer su entrega a Londres.

Sin embargo, un tribunal de ese país dictaminó que no era necesario proceder a la detención y cerró así los trámites de extradición que estaban a punto de ser iniciados, por lo que a partir de entonces el pedido de Washington adquirió prevalencia.

La juez Baraitser denegó a finales de marzo la moción presentada por los abogados de Assange, de 48 años, para que abandonara la prisión de Belmarsh, ante el “alto riesgo” de que pudiera ser infectado con el coronavirus.

Edward Fitzgerald, su abogado, explicó durante la vista que su cliente había padecido con anterioridad infecciones de pulmón y dientes, y osteoporosis, y que su estado de salud aumentaba el riesgo de que contrajera la enfermedad.

“Si continúa detenido, existe un riesgo real de que su salud y su vida se vean seriamente amenazadas, en unas circunstancias de las que le sería imposible escapar”, aseguró Fitzgerald.

Assange supo burlar a sus anfitriones ecuatorianos y a los servicios de inteligencia británico y estadounidense, y fue padre en dos ocasiones en su situación de confinamiento.

Stella Morris, de 37 años, una abogada de origen sudafricano pero con nacionalidad sueca, reveló al diario británico Mail on Sunday que llevaba cinco años ocultando al mundo su relación con Assange, con el que ha tenido dos niños, Gabriel, de 2 años, y Max, de uno.

“En los últimos cinco años he descubierto que el amor hace soportables las circunstancias más insoportables, pero ahora es diferente”, relató Morris. “Ahora tengo miedo de no volver a verlo con vida. Su salud es muy mala y eso lo coloca en un grave riesgo. No creo que pudiera sobrevivir a una infección por coronavirus”.

Fuentes: El País y agencias