Quedan prohibidos los cuidacoches, que serán sancionados aunque pidan una propina sin mediar agresión o extorsión al conductor del auto.
Después de varios años de intentarlo sin éxito, la Legislatura porteña sancionó hoy una ley que prohíbe a los cuidacoches o “trapitos”, con una multa para quienes sigan con la actividad de hasta 5.355 pesos.
Con 39 votos a favor y 20 en contra, el oficialismo de la Ciudad de Buenos Aires logró reformar el artículo 79 del Código de Contravenciones, el cual sólo castigaba a los cuidacoches si se probaba que habían exigido el dinero al conductor del auto, pero no si pedían una propina sin utilizar la agresión o extorsión.
A partir de ahora, el sólo hecho de ofrecerse para cuidar un auto será punible. Los únicos autorizados a cuidar coches serán aquellos que cuenten con la “tarjeta azul” que otorga la Ciudad a discapacitados, jubilados y otros.
Los castigos a los “trapitos” serán más duros si se prueba que detrás del cuidacoches hay una organización, por ejemplo una barrabrava. Si el “trapito” es detectado en los alrededores de una cancha de fútbol, un recital o un parque, también tendrá una pena mayor.
Además, las sanciones serán más graves si la víctima es una mujer.