La Unión Europea da un paso más hacia el acuerdo pero sin resolver el caso de la Roca.

La premier británica Theresa May recalcó este jueves que “la soberanía británica de Gibraltar será protegida” en el acuerdo final y en la declaración política pactada con Bruselas.

Horas después de hablar por teléfono de una forma “absolutamente clara” con el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, May declaró en el Parlamento británico que la futura relación con la Unión Europea UE) “debe funcionar para toda la familia, incluida Gibraltar”.

“Hemos acordado que nuestra relación sea profunda y flexible”, reveló la conservadora May, que expresó sus esperanzas de pasar la página el próximo domingo en la capital belga.

Pese a las críticas recibidas de los parlamentarios de su propio partido, May defendió su acuerdo “a la medida” asegurando que servirá para “crear una nueva zona de libre comercio, sin aranceles, ni cargas, ni restricciones cuantitativas”.

“Será el primer acuerdo de este tipo entre la UE y cualquier otra economía avanzada del mundo”, destacó, “y será bueno tanto para el comercio como para la creación de empleo”.

El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, calificó por su parte la declaración política como “un pastiche de 26 páginas” y aseguró que el acuerdo con Bruselas equivale “a un Brexit a ciegas y a un salto en la oscuridad”.

La premier defendió que el Reino Unido logró introducir suficientes garantías en la declaración sobre la así llamada Futura Sociedad Económica con la UE, incluida la mención explícita al fin de la libertad de movimientos y la determinación de suplantar la “salvaguarda” para la permanencia temporal en la unión aduanera con “soluciones tecnológicas” para evitar el regreso a la frontera dura en Irlanda.

Sin embargo, el acuerdo reconoce implícitamente la necesidad de levantar controles aduaneros y barreras cuando expire el período de transición de 21 meses, en los que el Reino Unido seguirá temporalmente en el mercado único y la unión aduanera.

La mención explícita al “papel continuado” que seguirá teniendo el Tribunal de Justicia Europeo volvió a poner en guardia a las partidarios del Brexit “duro”, dentro y fuera del Gobierno en Londres.

Según revela The Daily Telegraph, las resistencias internas al acuerdo  siguen muy latentes dentro de su Gobierno. El secretario de Exteriores,  Jeremy Hunt, llegó incluso a advertir a May que el acuerdo puede ser “una trampa” para mantener indefinidamente al Reino Unido como un satélite de la UE.

El secretario de Interior, Sajid Javid, expresó también sus recelos por la pérdida de la capacidad de maniobra de Gran Bretaña para firmar acuerdos comerciales con otros países.

Los cinco “brexiteros” duros, encabezados por el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, están presionando hasta el final para que May logre introducir unos últimos retoques al preacuerdo de 580 páginas y eliminar la posibilidad de que Irlanda del Norte pueda verse obligada a un “allaneamiento regulatorio” con la UE, al margen del resto del Reino Unido.

Los dirigentes conservadores le pidieron también a la premier firmeza en el asunto de Gibraltar frente a las demandas del Gobierno español para que el texto especifique que el futuro de la Roca será decidido por Londres y Madrid.