Pablo Guedes había dicho que el bloque regional y la Argentina “no serán prioridad” para el presidente electo.
El futuro ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, dio marcha atrás hoy acerca de su afirmación de que el Mercosur “no será prioridad” para el gobierno del presidente electo Jair Bolsonaro y aseguró que nunca quiso “desmerecer” al bloque regional ni a la Argentina.
En una tumultuosa conferencia de prensa en medio de las calles de Río de Janeiro, el economista intentó explicar qué quiso decir cuando afirmó que el Mercosur no sería prioridad.
“Ella (N. de R.: una periodista) hablaba ‘¿y Argentina?’ ‘¿y el Mercosur?’. Ahí sentí que no me dejaba aire y yo respondí que Argentina no es una prioridad y que el Mercosur no es una prioridad. Nuestro principal problema hoy es el desequilibrio interno, el déficit fiscal. Entonces, nunca quise desmerecer el Mercosur y a la Argentina. Lo que quise decir es que hoy mi prioridad es el gasto público. Entonces, nada contra el Mercosur. Solo que no es una prioridad. Ese es nuestro recado para Argentina”, se justificó.
El futuro ministro de Hacienda brasileño puso el eje en la cuestión fiscal y dijo que su país tiene que “cargar con 300 a 400 mil millones de dólares de deuda por causa del miedo a las crisis cambiarias”.
Guedes se refería así a los 387.000 millones de dólares que son las reservas del Banco Central. Según su opinión, esas reservas son “una carga” que obedece, como dijo, a la “vulnerabilidad” económica que no desapareció.
“Hoy tenemos una deuda de 4 billones de reales (o sea un billón de dólares) y tenemos que pagar intereses por 400.000 millones de reales (100.000 millones de dólares) al año. Como digo siempre, esto representa gastar un Plan Marshall por año. Entonces, lo que ocurre es que reconstruimos una Europa por año”, explicó.
Guedes sostuvo que el problema principal de la economía brasileña es el sistema previsional y por eso anunció cambios en ese área: “Nosotros vamos a crear una jubilación por capitalización. Pero habrá también un sistema antiguo al que debemos tomar en cuenta. Tenemos que liberar a las futuras generaciones de las crisis que tenemos hoy”, adelantó.
“Tenemos cinco bombas en el avión de las jubilaciones. Y uno de ellos es el demográfico; ella tiene además un contenido social imposible: 50 millones de brasileños no aportaron a la jubilación y van a recibir, sin embargo, un salario mínimo. Esa es la segunda bomba”, cerró su explicación.