WikiLeaks dio el primer gran golpe en julio pasado, cuando subió a su sitio unos 90.000 documentos de la guerra que libra Estados Unidos en Afganistán, con cientos de ellos en los que se revelan presuntos abusos de detenidos afganos por parte de las tropas norteamericanas.
El 22 de octubre, WikiLeaks volvió a la carga y en esa ocasión divulgó otros 400.000 documentos reservados de las fuerzas armadas estadounidenses en Irak. Paralelamente, difundió un video en el que se ven los abusos y la cadena británica Channel 4 hizo un programa especial sobre el tema.
En una rueda de prensa realizada en Londres, Assange se refirió a la exigencia del Pentágono de destruir los documentos sobre la guerra de Irak antes de que los dieran a conocer. “Las presiones son explícitas”, denunció Assange, quien defendió la decisión del sitio de subir los documentos secretos del Ejército estadounidense.
“Hay que resistir”, dijo Assange, quien recordó en la conferencia de prensa que “la primera víctima de la guerra es la verdad”.
A pesar de todo, el fundador de Wikileaks remarcó que después de la filtración de Afganistán nadie necesitó de protección y que los editores del portal cuidaron de no poner en peligro a nadie.
Esta vez fue un analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos. de 22 años, Bradley Manning, quien robó en Bagdad los casi 250.000 documentos diplomáticos y se los entregó a la red. No se sabe por qué lo hizo, pero en apariencia usó un CD falso de “Lady Gaga” que, en realidad, era un CD regrabable en el que, día a día, “bajaba” los mails de casi todas las embajadas estadounidenses.
Cómo lo logró violar todos los protocolos de seguridad es una incógnita, todavía, pero Manning espera, preso, una condena que podría ser de cadena perpetua por traición a la Patria, espionaje y revelación de secretos que pueden afectar la Seguridad Nacional.