El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, reveló que recomendará formalizar  un pedido de ayuda a esos organismos en la reunión especial que el Gobierno celebrará hoy en Dublín.

Después de resistirse durante semanas al paquete de ayuda, y a sus condiciones, Irlanda cedió a las presiones de los funcionarios europeos y en una reunión extraordinaria aceptará finalmente poco menos de 100 mil millones de euros en préstamos para sanear su sistema financiero.  

“Recomendaré que nos beneficiemos del programa de ayuda”, aseguró Lenihan a la radio pública RTE, sin dar más detalles.

Frentea las especulaciones que cifraban el “salvavidas” para Irlanda en 120.000 millones de euros -frente a los 110.000 millones otorgados a Grecia en mayo-, Lenihan explicó que la ayuda no llegará a 100.000 millones.

Ahora bien, tanto el FMI como la UE exigen condiciones al Gobierno irlandés para aprobar el rescate, condiciones que por conocidas habían generado el rechazo social.

El Fianna Fail -el partido del Gobierno, en un precario equilibrio político- tratará hoy de avanzar con la aprobación de un drástico plan de recortes del que apenas se conoce la cifra tiotal: 6.000 millones de euros este año y un total de 15.000 millones en cuatro años, algo así como el 10% del PIB, una cifra que sin duda provocará miles de despidos y no pocas convulsiones.

Según fuentes oficiales, el plan podría presentarse el martes y, si cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), los expertos de estos organismos podrían concluir su “investigación” en Dublín antes del próximo fin de semana.

Los irlandeses tendrán que pagar más impuestos y verán reducido el gasto social para paliar los efectos del “agujero” de sus bancos, que en los últimos años financiaron una enorme burbuja inmobiliaria que finalmente estalló dejando serios problemas en suelo irlandés.

El acuerdo con las autoridades internacionales implicaría la introducción de nuevos impuestos, como uno sobre la propiedad y otro sobre las mayores fortunas del país, y la nacionalización de bancos, mientras que las ayudas otorgadas se repartirían entre apoyar al sistema bancario y reactivar la economía real, según los diarios irlandeses.

Y, naturalmente, supone recortes en el salario mínimo -el segundo mayor de Europa- o en las prestaciones por hijos.

El Gobierno cuenta con una mínima mayoría para aprobar el paquete de recortes antes de fin de año, con el principal partido de la oposición -y diarios como el Sunday Independent- pidiendo la cabeza del Taioseach, el primer ministro Brian Cowen.

A esa presión debe sumarse la que ejercen los mercados y el creciente malestar entre los irlandeses, enojados por la gestión del Gobeirno en la crisis, por un paquete de recortes que dificultará aún más la recuperación de la economía irlandesa y preocupados por la joya de la corona, un impuesto de sociedades de apenas el 12,5% -aproximadamente la mitad de la media europea- con el que Irlanda logró captar centenares de multinacionales en los últimos años y que ahora Europa puede poner en la picota si Irlanda termina pidiendo el rescate.