Hace 20 años, cuando se hizo la primera edición del “reality” Gran Hermano, el formato irrumpió tan rápidamente en toda la TV argentina que florecieron copias con más o menos presupuesto, programas satélites, críticas furiosas y, claro está, parodias. La más famosa era “Gran Cuñado”, un segmento del entonces Showmatch que conducía Marcelo Tinelli en el que imitadores de los políticos “participaban” del concurso y la gente votaba, también, a quien eliminar de la casa. Dos décadas después, la ficción se hizo real: anoche, al encierro de esta nueva edición, ingresó la exdiputada ultrakirchnerista Romina Uhrig.
La joven de 34 años, profesora de Educación Cívica, ocupó una banca en la Cámara baja entre 2019 y 2021. Al jurar como legisladora, lo hizo “por Perón, por Evita, por Néstor y por Cristina“.
Uhrig es la exesposa de Walter Festa, exintendente de Moreno. En ese municipio trabajó en áreas de Relaciones Institucionales y de Desarrollo Productivo y en diciembre de 2019 asumió como diputada nacional luego de que renunciara a su banca el entonces electo intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. Ingresó al recinto por haber integrado la lista kirchnerista de legisladores nacionales de Unidad Ciudadana de 2017 en el lugar 15.
En 2019, Festa perdió el apoyo del kirchnerismo y quedó afuera del Frente de Todos. Por eso, cuando en 2021 se acababa su período en el Congreso, Uhrig intentó continuar en la política a través de un lugar en el Concejo Deliberante de Moreno a través de un partido vecinal, pero apenas superó el corte de las PASO.
En sus redes sociales abundan imágenes de La Cámpora y tiene fotos con Cristina Kirchner y su hijo, Máximo.
Uhrig se presentó como una madre de tres niñas (de 11, 3 y 1 año) y como una persona de “carácter” con “mecha corta”. “Actualmente estoy separada del papá de mis nenas. Lo amé muchísimo, pero ya está”, dijo sobre Festa.
“Me encanta entrenar, me cuido mucho y soy bastante insegura conmigo misma”, afirmó. Y agregó: “¿De mis operaciones? ¡Qué no me hice! Me hice las lolas, me hice la panza… Cada tanto me pongo botox”, agregó.
Según confesó, cumple “un sueño” al ingresar a “la casa más famosa del país”: “A los 18 años me había anotado a Gran Hermano, pero no se dio. Y cuando vi la propaganda, dije ‘esta es la mía’, y me anoté. Acá pienso ser yo, divertirme, jugar, y obviamente que quiero ganar”, dijo.