Triste, solitario y final: Higuaín se retira ocho años después de que los hinchas ya lo hubieran convertido en “meme”

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La historia dirá, dentro de muchos años, que el 3 de octubre de 2022, el exdelantero argentino Gonzalo Higuaín anunció su retiro del fútbol profesional, que se hizo efectivo cuando finalizó la temporada de ese año del Inter de Miami, de la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos. La historia también contará que la carrera del “Pipita” tuvo un antes y un después a partir del 13 de julio de 2014, en el estadio Maracaná, cuando falló un gol increíble en la final entre la Selección y Alemania por el Mundial de Brasil y a partir de allí fue el blanco de burlas y críticas de los 40 millones de técnicos que hay en Argentina cada vez que juega la “albiceleste”.

Higuaín anunció su retiro en medio de un desconsolado llanto, en el que largó la angustia que siempre aparece en los futbolistas al transitar ese delicado momento de su vida personal y profesional. Pero en esas lágrimas y en su frase más fuerte (“Me duele en el alma”) también está reflejada esa jugada que quedó como uno de los “bloppers” más grandes de la historia del fútbol argentino y de todas las Copas del Mundo.

Si el “Pipa” hubiese metido ese gol tras el “regalo” del defensor alemán que lo dejó solito, mano a mano, como todos soñamos alguna vez de chicos, para ganar el Mundial, tal vez no se hubiera retirado nunca. Es contra fáctico decir que Argentina hubiese ganado 1-0 esa final que terminó perdiendo en alargue. Pero si Higuaín se convertía en “el Burruchaga de Messi”, en el tipo que metió el gol que le dio el Mundial al mejor futbolista del mundo (como “Burru” a Maradona en 1986), podría haber jugado hasta que tuviese ganas y en el club que quisiera.

Pero no. Su derechazo, increíblemente -aún hoy al repasar la jugada, ocho años después- se fue desviado. Como tampoco pudo meter el gol a centímetros de la línea en la final de la Copa América 2015 en Chile. Y como falló un mano a mano más fácil de hacer que de errar en la final de la Copa América 2016 en EEUU, también ante los trasandinos. Y se puede sumar un penal en esas definiciones que le dieron sus únicos títulos oficiales a la “Roja”, justo ante Argentina.

No alcanzaron los 364 goles repartidos entre River Plate, Real Madrid, Juventus y Napoli, entre otros grandes de Europa y el Inter de Miami. Tampoco sus 14 vueltas olímpicas alrededor de míticas canchas en todo el mundo. Menos que menos, sus 31 gritos con la Selección, que lo convirtieron en el quinto goleador histórico, apenas a tres de un tal Diego Maradona…

Su capacidad goleadora, su técnica, su entendimiento de juego, sus diagonales para abrirle espacios a sus compañeros, su trato respetuoso con los medios, todo eso quedó sepultado por esa jugada del 2014 y los memes que vinieron después.

El Higuaín que erraba todo, el que estaba confundido, el que se equivocaba de horas, nombres, colores, etc. No hace falta repetirlos. Todos alguna vez recibimos uno y la gran mayoría los hicimos circular, también. Hasta hubo alguno muy repudiable todavía en 2022, que en la profundidad de las redes sociales bromeaba con la puntería del autor del fallido intento de asesinato contra Cristina Kirchner y la justeza para definir del futbolista.

Pocas veces después del 13 de julio de 2014 se lo vio sonreír en público al “Pipa”. Su cabeza fue la que hicieron rodar los hinchas, enojados por otro fracaso de la Selección. Lugar del que terminaron retirándolo antes de lo que debería haber sido el curso natural de los hechos. A Higuaín se lo vio apagado. Se fue retirando solo, buscando evitar los flashes. Prefirió no vestir más la “9” de la Selección. No volvió a su River natal. Prefirió irse a vivir a EEUU, lejos del ruido mediático. En varias entrevistas contó lo difícil que fue sobrellevar las burlas en Internet. El llanto de hoy, tomándose el rostro y queriendo desaparecer de la conferencia de prensa para anunciar su decisión, demuestra que la herida todavía arde. Seguramente ya no sangre ni esté en carne viva, pero falta para hacerse callo. Un futbolista de su calidad no merece este triste y solitario final, alejado de los vivas y el calor de un público que supo idolatrarlo hasta que los guapos detrás de un teclado lo eligieron como el chivo expiatorio de todos los males de la Selección.

Hoy en el predio de AFA se respira otro clima. La “Scaloneta” cambió la energía. El “Pipa” no llegó a disfrutarla. Pero el fútbol siempre da revancha. La “vieja guardia”, con Messi, Di María y Otamendi (con el “Kun” Agüero desde afuera por su cuestión de salud) va por su revancha en Qatar. Ojalá termine en festejos. Y que esa fiesta incluya al “Pipa”, para que los hinchas puedan borrar para siempre la herida que hicieron y que todavía le duele al goleador.

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