La titular del PRO, Patricia Bullrich, recogió el guante lanzado ayer por la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien había deslizado problemas con la bebida de la dirigente opositora, y lanzó este miércoles un fuerte contrataque en las redes sociales en el que la acusó de que “no puede dejar de ser corrupta”.
Todo comenzó cuando ayer, la exmandataria realizó una crítica dedicada a la exministra de Seguridad: “La presidenta del partido sacó un tuit poco inteligente donde dice ‘12 años de Gobierno, 12 años de condena’. Lo escribió y lo firmó. No sé si era la hora de la tarde y estaba medio… pero si lo pensás, por lo menos no lo escribas”, disparó CFK, en el marco de la acusación que pesa en su contra realizada por el fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad.
El ataque de la vicepresidenta se basa en dos hechos puntuales: en 2009, cuando era diputada por la Coalición Cívica, a Bullrich le retiraron su automóvil luego de no superar un control de alcoholemia en las calles porteñas.
En otra oportunidad, en declaraciones realizadas a la salida de un restaurante y ya como ministra de Seguridad, dijo que “el que quiera estar armado, que ande armado”, mientras se notaba en su voz y en su manera de expresarse que en la comida no había tomado solamente agua.
Por eso, Cristina Kirchner eligió deslizar de manera maliciosa cuál sería el estado de Bullrich a la hora de escribir su tuit. Rápida de reflejos, la titular del PRO contestó: “Parafraseando a Churchill: ‘yo puedo no tomar, pero usted no puede dejar de ser corrupta'”.
La frase del histórico premier británico se dio en un cruce con la dirigente socialista Elizabeth Bradock, quien le dijo: “Winston, tú estás borracho; y lo que es más, estás asquerosamente borracho”. Churchill le respondió: “Bessie, querida, tú eres fea y, lo que es más, asquerosamente fea. Pero mañana yo estaré sobrio y tú seguirás siendo fea”.
Con su respuesta, Bullrich eligió tomar y obligar (como hacía Carlos Gardel cuando cantaba “Tomo y obligo”) a la vicepresidenta a seguir la contienda mediática. ¿Qué arma desplegará ahora Cristina Kirchner?