El conductor televisivo Marcelo “Teto” Medina fue detenido este jueves junto a otras 16 personas en una causa por presunta asociación ilícita y reducción a la servidumbre con fines de explotación laboral en una comunidad destinada a la rehabilitación de personas con adicciones.
La investigación se centra en una comunidad terapéutica, llamada La Razón de Vivir -que no contaba con la habilitación del ministerio de Salud bonaerense- orientada a la rehabilitación de personas con adicciones, ubicada en la localidad de Berazategui y Florencio Varela, en la zona sur de la provincia de Buenos Aires, y en el departamento de Punilla, en Córdoba.
Según fuentes judiciales informaron a la agencia estatal Télam, en el lugar “se identificaron a unas 200 personas sometidas a trabajos y servicios de servidumbre con fines de explotación laboral, mayores y menores de edad”.
Medina fue detenido en su casa del barrio porteño de Palermo, en el marco de los 21 allanamientos simultáneos realizados con intervención de la Dirección de Trata de Personas de la Policía de la provincia de Buenos Aires y la Policía de Córdoba. A raíz del hecho, la Sedronar tomó intervención para garantizar la situación de los pacientes y sus familiares pidieron evitar la clausura de la institución.
El jefe y organizador de la comunidad es Néstor Ezequiel Zelaya, quien también fue detenido.
En la investigación se determinó que habría otros centros terapéuticos involucrados de la provincia de Buenos Aires y Córdoba, donde el exintegrante del programa VideoMatch participaba activamente en actividades realizadas por los representantes de la organización.
Según las investigaciones judiciales, Zelaya era quien establecía contactos y realizaba apariciones en medios de comunicación, fijaba los aranceles a cobrar para ingresar a las quintas de rehabilitación y coordinaba la internación de un nuevo paciente.
También era el que indicaba cómo debían ser las condiciones de servidumbre y trato de las víctimas, incluido el sistema de castigo y la prohibición de salir de las quintas, así como la forma, condiciones y tipos de trabajos forzosos que debían realizar algunas víctimas.
Muchos familiares, a favor de La Razón de Vivir
“Mi hijo tiene 18 años y está internado hace un mes, acá me ofrecieron rehabilitarlo sin pastillas ni medicaciones, como hacen en otros lados, acá hacen terapias, juegan al fútbol. Mi hijo empezó a estudiar primer año, hacen carpintería, tienen terapia con psicóloga y psiquiatra y la contención de sus mismos compañeros”, dijo a Télam Mercedes, la madre de un joven internado en el lugar.
La mujer manifestó su total apoyo a la comunidad La Razón de Vivir, en compañía de otras 50 familias de los 60 jóvenes que permanecían esta mañana en una de las tres sedes que tiene el lugar, ubicada en las calles 1 de Mayo y General Belgrano, en la localidad de Florencio Varela.
Vecinos del lugar comentaron a Télam que “el terreno de la comunidad pertenece a una empresa de agrotóxicos que antes tiraban todos sus desperdicios y ahora está este lugar, donde se los ve bien a los chicos”.
Las familias se manifestaron durante la mañana en la puerta de la comunidad terapéutica para “impedir que trasladen a los chicos internados a otro lugar” y evitar su cierre, mientras que personal de Policía Federal, de la Sedronar, SAME y el fiscal Ichazo, se encontraban trabajando en su interior.
El fiscal Ichazo confirmó que las detenciones de 17 personas “comenzó con la denuncia de exinternados y fue corroborada con escuchas telefónicas”.
“La investigación comenzó por denuncias de las propias víctimas que salieron de acá en los últimos seis meses, son 10 personas y tiene que ver con este contexto de reducción a la servidumbre, trabajo forzoso y medicación no controlada, que se le daba a algunos, no a todos, y además la ganancias económicas por lo que les hacían trabajar y no les pagaban, y porque a algunas familias le pedían una cuota”, explicó el fiscal.
Mercedes, cuyo hijo estaba internado allí, comentó a Télam que cuando lo visitaba él le decía que no se quería ir de allí, “que de esto salen todos juntos y que lo tratan bien”.
“Yo lo veo bien, con una sonrisa de oreja a oreja y los chicos tienen una contención excelente acá”, agregó.
Otro joven, llamado Catriel, se acercó al lugar para apoyar a las familias y dijo estar rehabilitado del consumo de drogas desde hace tres años, tras haber estado internado de la comunidad.
“Todos están acá por su voluntad, no puedo estar más agradecido a este lugar, tengo una vida gracias a esta comunidad, me pasaba cinco días consumiendo, aunque era supervisor de ventas y llegué a ser gerente, pero me iba a Constitución de traje y me quedaba cinco o seis días consumiendo”, apuntó el joven.