La ministra de Economía, Silvina Batakis, se reunirá hoy, lunes, en Washington con la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y con el asesor del Tesoro, David Lipton, mientras el país atraviesa una crisis cambiaria de proporciones desde que se hizo cargo del Palacio de Hacienda hace tres semanas, en reemplazo de Martín Guzmán.

Ante la suspensión del encuentro entre el presidente Alberto Fernández y su par estadounidense, Joe Biden, que se contagió Covid, en la Casa Rosada evaluaron que era importante que la jefa del Palacio de Hacienda viaje igual a la capital estadounidense para mostrar la intención de continuar adelante con el programa con el organismo financiero internacional.

Batakis y un equipo reducido se encontrarán con Georgieva y con Lipton, exnúmero 2 del organismo multilateral cuando Christine Lagarde lo conducía y le otorgaron el luego cuestionado préstamo de 44.000 millones de dólares a la Administración de Mauricio Macri, en 2018. Luego recibirán en la embajada argentina, junto a Jorge Argüello, a funcionarios del Banco Mundial.

El martes encabezará un desayuno de trabajo con inversores y analistas de Wall Street y mantendrá una ronda “con las principales empresas norteamericanas que tienen inversiones en la Argentina” en la US Chamber of Commerce, informó la legación argentina.

Más tarde mantendrá una serie de reuniones con directivos de empresas Google, Chevron, Amazon y General Motors.

Preparativos. El viernes Fernández recibió a la tarde en la Casa Rosada a Batakis y al presidente del Banco Central, Miguel Pesce, en un clima de extrema preocupación y en medio de versiones de nuevas medidas después del notorio fracaso de las tomadas por el equipo económico para aquietar el mercado cambiario: al cierre de las operaciones en la última rueda de la semana el dólar MEP cotizó a 303 pesos con una brecha con el oficial superior al 157%.

El sábado, el primer mandatario recibió a la vice, Cristina Kirchner, en un almuerzo y una reunión posterior que se prolongó casi tres horas.

Fuentes del titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, aseguraban este sábado que el tigrense colaboró en las gestiones para armar los encuentros que mantendrá Batakis en Estados Unidos. Sin embargo, el jefe del Frente Renovador mantuvo siempre una competencia con Guzmán por mostrar su capacidad de interlocución en los círculos políticos y financieros estadounidenses, pulso que ahora mantiene con Argüello.

Con el dólar “blue” llegando a 350 pesos, este viernes, el Gobierno apuesta a “empoderar” a Batakis para que pueda llevar adelante el programa comprometido con el Fondo que demanda, entre otras medidas, un importante ajuste fiscal, el que comenzó a aplicarse con el anunciado aumento de las tarifas del transporte del 40%.

Fernández buscó mostrarse en el centro del ring en las últimas horas y aseguró en un acto que está dispuesto a “dar pelea” y amenazó: “Sepan los que me quieren torcer el brazo que no me lo van a torcer”, dirigiéndose a los “especuladores y a los sectores del campo que fuerzan por una devaluación”.

¿Más medidas? En este marco, en medio de versiones que hablaban de la decisión de bajar temporalmente las retenciones a los productos agropecuarios, fuentes de Gobierno aseguraron que en la reunión del Presidente, Batakis y Pesce se analizaron medidas para obtener más dólares del campo.

La evaluación oficial es que el tipo de cambio no “está retrasado” (es “competitivo” ya declaró la ministra) y que en el primer semestre del año el balance comercias se vio afectado por las importaciones de energía.

También señalan que mientras que en los primeros seis meses del año pasado las compras externas de energía demandaron 2.281 millones de dólares, este año la cuenta se elevó a 6.609 millones, lo que supone una suba 189,7%.

En Washington, analistas internacionales afirman que el FMI “no le va a soltar la mano a la Argentina” ya que no quiere ser culpable de empujar al país a una crisis política y económica con destino incierto. Sin embargo, el organismo no podría dejar pasar cuestiones como la insuficiente acumulación de reservas o el retraso del tipo de cambio.

En tanto, en el Palacio de Hacienda consideran que hay margen para flexibilizar el acuerdo con el FMI llevando el déficit primario para este año del 2,5%, acordado por Guzmán, a 2,9% con el argumento de que se estipuló antes de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Las medidas adoptadas por el Gobierno –apertura del dólar financiero, restricciones a las operaciones con Cedear- tienen sólo un efecto marginal, según insisten en el mercado. Y usan la figura de las aspirinas.