En algún lugar entre las antiquísimas cimas de los montes Apalaches y los casquetes helados de las Montañas Rocallosas canadienses se encuentra el “corredor de los tornados”, un pasillo meteorológico que es excepcionalmente susceptible a estos violentos fenómenos del clima.
“Corredor de los tornados” no es una expresión científica. Fue inventada por dos meteorólogos de la Fuerza Aérea de EE.UU. en la década de 1950 para referirse al clima severo en Texas y Oklahoma.
No es casualidad que la clásica historia infantil “El mago de Oz”, en la que (alerta de spoiler) un tornado arranca la solitaria casa de campo de Dorothy y la mueve con un cuidado inusual, esté ambientada en Kansas.