El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, apeló a la estrategia del miedo como primera reacción al primer puesto de Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones de anoche y cara al balotaje que protagonizará el próximo 30 de octubre en busca de su reelección.
En su mirada inicial de los resultados oficiales, Bolsonaro sostuvo que la población tuvo una “voluntad de cambio” pero advirtió que “hay ciertos cambios que pueden ser para peor”, en referencia a un eventual nuevo gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).
“Entiendo que hay muchos votos que se debieron a la condición del pueblo brasileño, que sintió el aumento de los productos; en particular, la canasta básica de alimentos”, analizó frente a periodistas en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial de Brasilia.
“Intentamos durante la campaña mostrar ese otro lado, pero parece que no llegó a la capa más importante de la sociedad”, añadió el jefe de Estado.
“Tenemos por delante una segunda vuelta en la que todo vuelve a ser igual, el tiempo de propaganda para cada lado será el mismo, y ahora vamos a mostrar mejor a la población, especialmente a la clase más afectada, que la situación es consecuencia de una guerra en el exterior, de una crisis ideológica también”, agregó.
A pesar de arrancar el camino a la segunda vuelta electoral cinco puntos porcentuales abajo de Lula, el mandatario ultraderechista consiguió en estos comicios que su Partido Liberal alcance a formar un megabloque de 101 de 513 diputados.