A un día de la definición del campeonato y la posible vuelta olímpica de Bocas Juniors, es bueno analizar si este equipo dirigido por Hugo Ibarra es la confirmación o la excepción a la regla de una de las frases más repetidas de la historia del fútbol y que se le atribuye a Antonio Rattín, uno de los mitos más grandes del mundo “xeneize”: “Los pibes ganan partidos; los hombres, campeonatos”.
Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia de equipos con muchos juveniles que en la parte final de un campeonato han bajado su nivel y terminaron sin poder festejar el campeonato. Del mismo modo, no es difícil encontrar muestras de futbolistas de experiencia que hayan sido vitales para conseguir un título cuando todo parecía perdido cinco fechas antes.
La presunta aseveración de Rattin es uno de los tantos dogmas futboleros que padres le inculcan a hijos en una tribuna y se repiten casi sin pensarlo. Hasta que llega un pibe como Luca Langoni, de tan solo 20 años, y se gana un lugar en el equipo a fuerza de goles, 7 para ser más precisos, para convertirse en el máximo artillero “xeneize”.
Su primer doblete, encima, fue en la fecha 16 frente a un Atlético Tucumán que ese día había llegado puntero a la Bombonera y estaba 1-0 arriba en el marcador cuando tuvo que entrar. En menos de 15 minutos gritó dos veces, mantuvo a Boca con vida y fue el puntapié inicial de la remontada que ahora lo tiene único puntero a horas de la última jornada.
Langoni marcó también el 2-1 frente a Colón de Santa Fe cuando faltaban 15 minutos, el único gol para Ganarle a Godoy Cruz en Mendoza, el único gol del triunfo en Junín ante Sarmiento y el 2-1 a Gimnasia que devolvió a Boca a la punta del torneo. Nunca le pesó la presión a este pibe.
Otros jóvenes que llevaron a este Boca a las puertas del título son Alan Varela (21) y Cristian Medina (20) desde el mediocampo. Varela, además, muchas veces recibe un honor generalmente reservado a los “hombres”: lleva la cinta de capitán que transpiró como nadie Rattín. Y desde que es el “5” del equipo, el nivel de todos levantó.
Por ahora, los pibes son entonces los que elevaron a este Boca a lo más alto de la tabla. Pero cuando el equipo estaba mal, el que lo sostuvo fue el arquero Agustín Rossi (27 años) y sus penales atajados.
Al “Xeneize” se le cuestiona mucho que gana todos sus partidos por apenas un gol y muchos de ellos por tan solo 1-0. La otra cara de esa moneda es una defensa sólida. Cuando las suspensiones y lesiones lo dejaron, Ibarra alineó en el fondo a Luis Advíncula (32), Carlos Zambrano (33), Marcos Rojo (32) y Frank Fabra (31). Y alternaron Facundo Roncaglia (35) y José Figal (28) Todos “hombres”. Y en el recuento se dejó de lado al goleador Darío Benedetto, ahora lesionado, que tiene 32 años, y al paraguayo Oscar Romero, de 30.
Los resultados de este domingo entre Boca-Independiente y Racing-River determinarán al campeón. Pero a falta de una fecha, este Boca muestra que el inolvidable “Rata” tenía razón. Pero también, que estaba un poco equivocado.