El presidente Alberto Fernández está entre la pared, pero el ministro de Economía, Sergio Massa, no está mucho mejor, y ambos sufren por la presión que ejerce la vice Cristina Kirchner, que arrolló al primer mandatario con su “blitzkrieg“ contra la Corte Suprema que amenaza con hacer naufragar en el Congreso leyes claves y que necesitan el apoyo de la oposición.

Las sesiones extraordinarias tendrán lugar desde la pasada próxima, pero Juntos por el Cambio (JxC) ya fijó posición y decidió no acompañar ninguna iniciativa que impulse el oficialismo hasta que desistan del enjuiciamiento de los cortesanos.

“Mientras siga este atropello contra la Corte no vamos a prestar quórum y darle viabilidad a ningún proyecto que impulse el Gobierno o el Frente de Todos”, anunció la conducción de JxC tras reunirse en su Mesa Nacional.

Además del proyecto que sigue en pie contra los jueces del máximo tribunal Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, Alberto F. busca incluir en el temario la nueva moratoria para jubilados. y el proyecto de blanqueo de capitales que Massa.

El escenario se torna más complejo para la aprobación de las iniciativas si oficialismo y oposición no llegan a un consenso. Y hoy está lejos: con el bombardeo de CFK y por la campaña electoral, en su solo la Costa.

Una vez que el proyecto de juicio político ingrese a Diputados y sea girado a la comisión, sus integrantes tienen que votar la admisibilidad del tratamiento. El Frente de Todos (FdT), si no hay sorpresas tiene “el número de oro” ya que cuenta con 16 de los 31 votos. La oposición se ilusiona con que haya alguna improbable sorpresa.

Al atravesar ese primera puerta, el tratamiento en comisión se extendería por unos 60 días y se impondría el dictamen de mayoría para que el proyecto de ley sea tratado en el recinto.

Allí la iniciativa necesita del respaldo de dos tercios de los diputados presentes y es aquí donde el Gobierno empieza a tener crecientes dificultades: los 118 legisladores del FdT saben que no les alcanza para aprobarlo que pase al Senado.

En tanto, la oposición ya adelantó que no dará quorum y si el Gobierno insiste con el Juicio Político al Máximo Tribunal, el Congreso quedará paralizado lo que resta del verano.

Por otra parte, si JxC no baja al recinto y el oficialismo llega a los 129 diputados para dar comienzo a la sesión, necesitará solo de 86 votos para avanzar en este punto y el bloque opositor anticipó que bajará a participar de la sesión para inclinar la votación a su favor. “De ninguna manera vamos a dejar vacío el Parlamento. Seguiremos cumpliendo con el rol que nos asignó la sociedad”, indicaron las autoridades de la fuerza opositora.

En tanto son desembozadas las presiones para que dedique el último año de su malogrado mandato la “limar” los integrantes para anular su capacidad de año -que es mucho, se a ha visto- con mantener vivo “enemigo interno”, tanto real como ficticio.