El presidente Alberto Fernández condenó este viernes las amenazas a su antecesor, Mauricio Macri, que fueran denunciadas ante la Justicia horas antes de que Fernando Sabag Montiel gatillara dos veces su pistola Bersa 32 sobre la cabeza de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
“Deseo expresar mi enérgica condena a las amenazas vertidas contra el ex presidente
@mauriciomacri y distintos funcionarios judiciales, alentando que la investigación avance y los hechos se esclarezcan rápidamente”, escribió Fernández en su cuenta de la red social Twitter.
“Asimismo, el Gobierno nacional vuelve a instar a usuarios y administradores de las redes sociales a no permitir que se conviertan en vehículo del odio y la violencia. Debemos recuperar la convivencia democrática en un marco de respeto a la diversidad”, cerró el primer mandatario se mensaje.
El equipo de seguridad de Macri puso en conocimiento de la Justicia la amenaza de un usuario de Twitter que fue publicada a finales de agosto. “¿Cuánto me pagan por ir a matar a Macri y a la mierda que lo rodea?”, escribió @Luisanfer2442. La cuenta ya fue cancelada.
La dirección General de Seguridad Presidencial y Protección del Estado de la Superintendencia de Seguridad y Custodia detectó la amenaza y decidió realizar una presentación ante la División de Delitos Constitucionales de la Policía Federal, la que se hizo a las 16 de aquel día, varias horas antes de que Sabag Montiel intentara atacar a CFK cuando llegaba a su casa en el barrio de Recoleta.
Este sábado, Alberto Fernández asistirá a la “Misa por la paz y la fraternidad de los argentinos” que se desarrollará en Luján con el propósito de “rencausar la convivencia democrática”, luego del intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Kirchner, en una actividad que formará parte de las movilizaciones que el Frente de Todos (FdT) realizará en la jornada que incluirán actos en Parque Lezama y en la Plaza de Parque Patricios.
Con este oficio religioso, convocado para las 13 en la Basílica de Nuestra Señora de Luján, el Ejecutivo apunta a construir puentes con los sectores opositores y tener espacios de diálogo y que sea el puntapié inicial de una convocatoria para “reencauzar la convivencia democrática” tras el intento de magnicidio ocurrido cometido el pasado 1 de septiembre.