El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, busca desactivar las protestas a lo largo y ancho de todo Brasil que su mismo silencio post derrota electoral exacerbó entre sus seguidores, que en medio de piquetes ruteros y saludos nazi, llegaron a exigir a las puertas de cuarteles militares por un golpe de Estado
El jefe de Estado brasileño se manifestó “triste” anoche en un discurso a nivel nacional y pidió a sus seguidores que “desbloqueen las rutas”, al argumentar que esa medida “no forma parte de estas manifestaciones legítimas”.
Durante la jornada del miércoles, la policía caminera informó que deshizo 574 manifestaciones lideradas por camineros que buscaban provocar desabastecimiento de bienes y servicios en busca de torcer los resultados electorales del domingo pasado que le dieron la victoria a Luiz Inácio Lula da Silva, quien será presidente por tercera vez a partir del 1° de enero de 2023.
Pero mientras perdían fuerza los piquetes, seguidores ultraderechistas protestaron frente a los cuarteles del Ejército en San Pablo y Río de Janeiro para reclamar a los jefes militares intervenir mediante un golpe de Estado e impedir la asunción Lula.
Los manifestantes entendieron -y así lo diseminaron por más de 220.000 grupos de WhatsApp y Telegram que dicen tener- que el discurso de este martes de Bolsonaro en el Palacio del Planalto, dos días después de un silencio de radio, los invitaba a seguir manifestándose y reclamando fraude.
En las diferentes protestas, los manifestantes repetían el mismo lema que impulsó durante su campaña y que repitió en su discurso de “no reconocimiento” de su derrota: “Patria, familia, propiedad y libertad”. Y también se viralizaron imágenes en las que en el momento en el que en esos piquetes se entonaba el himno nacional brasileño, hacían el saludo nazi de cara a la bandera de Brasil.