Su columnista político, Eduardo Van del Kooy, afirma en la edición de hoy que con la reelección CFK comienza a escribir una nueva página en la historia argentina.
Cristina Fernández, con la rotunda victoria de anoche, ha comenzado a escribir una página nueva en la historia y la política de la Argentina. Habría que remontarse, por ejemplo, a los albores de 1900 para rescatar tres períodos consecutivos de un gobierno del mismo signo.
Correspondió al radicalismo, con dos turnos de Hipólito Yrigoyen y uno de Marcelo Torcuato de Alvear.
La Presidenta se convierte también en la primera mujer en alcanzar una reelección. Lo hizo con el mayor porcentaje de votos (más del 53%) que haya alcanzado un mandatario desde la reconquista democrática. Les sacó el trono, en ese aspecto, a Raúl Alfonsín y a Carlos Menem. Aunque detrás de todo ese enjambre estadístico se ocultaría, en realidad, lo más trascendente: la densidad del poder popular, institucional y político que podrá administrar en los próximos cuatro años.
Esa densidad tiene, por otro lado, facilidades que no tuvieron a mano ninguno de sus antecesores, tampoco Néstor Kirchner: la enorme debilidad de una oposición que, sólo intercambiando volúmenes de votos de las internas de agosto, compuso en conjunto una actuación muy pobre.
El socialista Hermes Binner fue, quizás, una excepción que en los hechos, de todos modos, no alcanzará para equilibrar el sistema de poder que estará desde diciembre a disposición de Cristina.