El programa busca defender a Brasil de la revaluación del Real y de la crisis mundial, por la cual cayó la demanda de productos brasileños en los países centrales.
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, anunció hoy (martes 2) el otorgamiento de 16.025 millones de dólares en exenciones impositivas a la industria de su país en los próximos dos años con el fin de enfrentar la revaluación del Real y las consecuencias de la crisis mundial.
El llamado \”Plan Brasil Mayor\” -presentado como una nueva política industrial, tecnológica, de servicios y comercio exterior- prevé exenciones fiscales, la devolución de impuestos, ofertas de crédito barato a exportadores y la reducción de los costos laborales para las industrias más afectadas por la apreciación del Real y por la crisis global, que redujo la demanda de productos brasileños en los países centrales.
Incluye, además, incentivos para las empresas que inviertan en innovación y en la modernización de su parque productivo, y la protección de las industrias brasileñas contra el comercio desleal.
\”Brasil tiene condiciones para enfrentar una crisis internacional prolongada, pero no puede declararse inmune a sus efectos. En este momento, necesitamos coraje para proteger nuestras fuerzas productivas, nuestro mercado consumidor y nuestro empleo\”, remarcó Rousseff, quien se presentó rodeada de ministros y líderes de la industria en el lanzamiento del plan.
\”Es imperativo protegernos del comercio desleal y de la guerra cambiaria, que reducen nuestras exportaciones e intentan disminuir un mercado interno que construimos con mucho esfuerzo\”, explicó.
La presidente aclaró que el principal desafío es proteger a Brasil sin recurrir al proteccionismo, que perjudica a todo el mundo. Y agregó que su gobierno sigue comprometido con el control de la inflación, que ha subido por encima de la meta oficial este año.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, señaló por su parte que el conjunto de medidas busca fortalecer a la industria y darle condiciones para competir en el ambiente \”muy adverso en el que estamos viviendo\”.
Explicó que las empresas brasileñas perdieron competitividad tanto en el exterior como en el mercado interno por la política de algunos países de mantener sus monedas artificialmente devaluadas.
Esta \”guerra cambiaria\”, la reducción de la demanda en los mercados más ricos y la \”competencia predadora de empresas de otros países que buscan mercados a cualquier costo\”, afectaron las exportaciones y generaron una avalancha de productos importados, agregó.