No es sólo el nombre de esta muestra sino una nueva visión de la Ciudad, que resulta motivante para Enrique Burone Risso, que presenta el andar febril de sus habitantes, que corren y recorren la Ciudad siempre apurados.
Los edificios y rincones elegidos transforman la urbe actual en una Buenos Aires colorida y vibrante, sin lugar para la tristeza.
Los trasportes públicos también atraen su atención y nos muestra calles y avenidas donde pelean su lugar taxis, autos y colectivos, en especial en los lugares por donde pasa la línea 60 dejando su estela de amarillo furioso.
Burone Risso trabaja tomando bocetos de los lugares elegidos y los traslada a la tela con su particular estilo. Muchas veces la vista es elevada, como a vuelo de pájaro y con cierta distorsión, como si la materia que da vida a la Ciudad fuera blanda y orgánica.
En esta gran producción, la galería está repleta de obras recientes y no faltan los estadios de fútbol, en donde deja escapar su pasión futbolera, lugares que fueron motivo de alegrías y sinsabores siguiendo a su querido Tigre. Para acentuar las formas esféricas, Burone Risso eligió pintarlas sobre telas redondas.
El Hipódromo también está sobre una tela redonda que le da una forma que en fotografía se denomina \”ojo de pez\”. La mirada es desde la altura que se ve desde el tren, el mismo que lo lleva y trae de San Fernando, donde vive y trabaja.
De Puerto Madero el artista presenta dos vistas del mismo lugar, el Puente de la Mujer, pero en dos momentos diferentes del día, y como resultado hay una visión diurna y otra nocturna.
También hay lugar para su propio terruño y nos trae un paisaje de la Estación Fluvial de Tigre, y algunas obras son paisajes de estaciones de la línea Mitre.
Las obras están repletas de color y de una frescura que responden a un modo de ver el mundo como un juego.
Muestra abierta hasta el 4 de mayo en la Galería Zurbarán, en Cerrito 1522.