Igualar para abajo, deporte nacional

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Después del anuncio del ya fallido torneo de la AFA en el que se pretendía unificar a los equipos de la primera A con los del Nacional B, se escucharon varias críticas a la propuesta: las maniobras financieras, la intromisión de la política, el supuesto beneficio a River, la \”federalización\” del fútbol, etc. Pero una de las críticas más escuchadas merece una atención más cuidadosa porque no hace solamente al fenómeno futbolístico sino que es una preocupación creciente en la Argentina: igualar para abajo.

De acuerdo con muchas opiniones, el torneo (por ahora) dejado sin efecto tendría como derivación que se igualen equipos de diferentes categorías y \”para abajo\”, ya que en el fixture se habrán de entremezclar los que hicieron el esfuerzo para llegar o para mantenerse en Primera A con los que descendieron o no lograron alcanzar las más altas posiciones: lo mismo el burro que el gran profesor.

Desde el punto de vista formal, no hay duda alguna de que la propuesta de nuevo torneo \”iguala para abajo\”. Sin embargo, aquí vamos a tratar de demostrar que la igualación para abajo era un hecho que preexistía a la vituperada decisión política de la AFA y que tiene que ver con una situación de pérdida de excelencia del futbol. Una pérdida que bien se podría cotejar con otras actividades en la Argentina: no estamos hablando solamente de fútbol.

Hay al menos diez evidencias que muestran que el paisaje futbolístico argentino hacía ya varios años que mostraba la igualación para abajo: es decir, las diferencias entre los equipos \”mejores\” y los equipos \”peores\” son muy pocas e incluso son muy variables en lapsos cortos de tiempo.

1) De los 20 equipos que están hoy en Primera A, solamente 10 (50%) fueron alguna vez campeones de primera A (Racing, San Lorenzo, Boca, Newells, Independiente, Banfield, Lanús, Argentinos, Estudiantes y Velez).

2) De esos 20 equipos, sólo 3 (15%) nunca descendieron a la B una vez ascendidos (Colón, Independiente y Boca). Newells descendió en los sesenta y Velez descendió por última vez en 1940, luego de la aplastante victoria de Atlanta sobre Independiente (6-4) que lo mandó a la B.

3) Esos 3 equipos que nunca descendieron tienen en la actualidad fuertes posibilidades objetivas de descender en 2011-2012, al igual que otros \”grandes\” como Racing, San Lorenzo y Newells.

4) De los restantes 10 equipos que juegan en primera A en 2011-2012 hay 8 (40% del total) que hace solo 5 temporadas o menos que están por primera vez o que volvieron a primera A (San Martín de San Juan, Rafaela, Tigre, Olimpo, All Boys, Godoy Cruz, Belgrano y Unión). Es decir, algo menos de la mitad de los equipos de primera son \”recién llegados\” a la máxima divisional y ninguno se consagró campeón de primera en el corto lapso de tiempo en el que jugaron ni en ascensos obtenidos con anterioridad.

5) De esos 8 equipos, el único que se ha consolidado en primera división es Godoy Cruz y en menor medida All Boys. El resto tiene serias chances de descender o promocionar. Los recién ascendidos tienen mayores probabilidades estadísticas de no mantener la categoría.

6) De los tradicionales clásicos del fútbol argentino en 2011-2012 solamente se jugarán cuatro: 3 se juegan en primera división (Racing-Independiente, Colón-Unión y Lanús-Banfield) y uno en el nacional B (Atlanta-Chacarita). El resto de los clásicos no se juega porque a los respectivos equipos los separa una categoría y hasta dos categorías como el caso de Belgrano (en primera A) y Talleres (en el Argentino A, una de las dos variantes de la tercera división del fútbol argentino).

7) De los 20 equipos del Nacional B en la temporada 2011-2012, 16 (80%) jugaron alguna vez en primera A, e incluso la mayoría de ellos lo hizo durante 20 temporadas o más: se podría decir que históricamente son de primera. Los únicos 4 equipos que nunca llegaron a jugar en Primera A y que son B Nacional \”puros\” son Almirante Brown, Boca Unidos, Defensa y Justicia y Deportivo Merlo.

8) De estos 20 de la B Nacional, 6 (30%, algo más que la mitad que los de primera A) fueron campeones al menos una vez en primera A (Quilmes, Rosario Central, Ferro, Chacarita, River y Huracán).

9) Algo similar ocurre en la otra variante de la tercera categoría del fútbol. De los equipos de la actual B Metropolitana, 10 estuvieron en Primera (Almagro, Deportivo Armenio, Estudiantes de Caseros, Los Andes, Platense, Nueva Chicago, Temperley, Sarmiento, San Telmo, Italiano), alguno de ellos muy recientemente.

10) Solamente 10 equipos de la B Metropolitana nunca jugaron en primera división.

En resumen, las diferencias de mérito o calidad no son muy apreciables en el actual fútbol argentino. La gran mayoría de los equipos sube o baja de categoría y se han igualado las posibilidades de que esto le ocurra a casi cualquier equipo. Es cierto que podemos constatar que algunos equipos actuales siguen manteniendo niveles de excelencia, al menos respecto de los demás (Velez, Estudiantes, Lanús y Banfield) pero nótese que ninguno de ellos es un tradicional equipo \”grande\” y en el caso de Lanús y Banfield son clubes que hasta hace algo más de una década eran catalogados como clubes de la B o clubes chicos e irregulares de primera A. La excelencia de algunos clubes, además, es lo que mantiene alto el rendimiento del fútbol argentino en torneos internacionales.

Probablemente gracias al éxodo de jugadores a mercados extranjeros y a la poca capacidad financiera de los clubes argentinos para comprar jugadores extranjeros excelentes o repatriar a los propios, las diferencias de desempeño entre equipos es cada vez menor y por ende –como dice el hincha- \”ahora cualquiera le gana a cualquiera\” o \”cualquiera desciende\”. Podría pensarse, incluso, que en este panorama de achatamiento a los clubes chicos les va mejor que a los grandes, posiblemente porque se manejan mejor en un ámbito de recursos escasos al que ya están acostumbrados. El caso de River es paradigmático: 10 fechas antes de descender todavía decía pelear el campeonato, una situación en la que jamás se vería a un club chico no presionado por el campeonato y acostumbrado al descenso.

A nuestro fútbol le pasa lo que a otras actividades: ha comenzado un lento recorrido de aplanamiento o desjerarquización que hace que no haya diferencias por la excelencia y que la calidad se vaya emparejando. Esto no quiere decir que la solución sea el torneo unificado de la AFA; por el contrario, la nueva organización –al igual que muchas otras \”soluciones\” que se construyen en nuestro país frente a problemas semejantes- más bien parece una aceptación resignada de un escenario en franco declive.

Tampoco tiene sentido hecharle al Gobierno la culpa de este proceso: hay elementos más profundos en la sociedad que tienden a configurar algunos escenarios de mediocridad. Por eso, no alcanza con la marcha atrás de la AFA sino que hay que dar una respuesta genuina al problema, no sea cosa que con el fútbol pase lo mismo que con la educación: nos desgañitamos en interminables soluciones de escritorio que ni siquiera se concretan mientras la realidad deja a nuestras ilusiones en un clarísimo \”orsai\”.

Y lo peor que te puede pasar es gritar un gol y abrazarte con el de al lado cuando el lineman había levantado la banderita hacía rato.

* Ex ministro de Educación de la CABA, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.

@narodowski

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