Correos pinchados

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El escándalo de espionaje en el Foro de Periodistas Argentinos (FOPEA) demuestra cuán letales para la libertad de expresión son los monopolios. En esta investigación inédita se cuenta cómo fue que esta ONG terminó siendo cooptada por el Grupo Clarín.

Por Juan Salinas

Un escándalo de espionaje entre periodistas miembros del Foro de Periodismo Argentino (Fopea) puso en evidencia cuan letal para la libertad de expresión y la democracia resulta que quienes tienen el deber de informar se subordinen a los grupos monopólicos.

Fopea, cuyo proclamado objetivo era mejorar \”la calidad del periodismo\” a través de \”la elevación de los estándares éticos y la defensa de la libertad de expresión\”, sufrió un escándalo de espionaje interno (hackeo y difusión pública de e–mails privados), a raíz del cual los socios espiados renunciaron en masa.

A partir de entonces, Fopea parece haberse convertido en una organización homogéneamente opositora.

Consultados para esta nota, ocho de los renunciantes acusaron a coro a la comisión directiva que preside Gabriel Michi cuando menos de complicidad con el espionaje. También coincidieron en que en la inmensa mayoría de los casos, los comunicados de Fopea y de su Observatorio de Medios (que, no obstante, también coincidieron en apreciar como valioso) fueron funcionales a los intereses del Grupo Clarín.

Los hechos ocurrieron a finales del año pasado, pero hasta ahora no salieron publicados en ningún medio. Dicho de otro modo: por diversos motivos ni siquiera los medios públicamente enfrentados al Grupo Clarín quisieron difundirlos.

Antecedentes. Durante más de un año, desde su fundación en 2003 y hasta fines de 2004, Fopea convivió con otro agonizante agrupamiento de periodistas, llamado precisamente \”Periodistas\”. Este nucleamiento quedó mal herido luego de salir en defensa de la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, en ocasión de ser detenida en 2002 por el juez federal Roberto Marquevich, que la acusó de haberse apropiado con malas artes de dos menores, al parecer hijos de detenidos–desaparecidos. Lo que \”Periodistas\” insólitamente consideró un atentado a la libertad de expresión (Ver http://revista–zoom.com.ar/articulo200.html).

Un auspiciante de Fopea es la fundación estadounidense National Endowment for Democracy (NED), en español \”Fundación de Financiación para la Democracia\” (http://www.ned.org/where–we–work/latin–america–and–caribbean/argentina). Según Stella Calloni, se trata de \”la cara social de la CIA\” y ha sido reiteradamente denunciada por los gobiernos de Venezuela y Bolivia como financista de movimientos desestabilizadores, destituyentes e incluso abiertamente sediciosos.
Otros auspiciantes de Fopea son las fundaciones Roberto Noble (Grupo Clarín), Ford y Avina. Muchas de las actividades de Fopea se realizan en conjunto con las Universidades de Palermo y Austral, donde es videdecano Fernando Ruiz, un supernumerario del Opus Dei a quien algunos disidentes consideran la \”eminencia gris\” de Fopea. Ruiz se formó como periodista en la factoría de \”Clarín\” y durante la dictadura en la redacción del semanario hiperoficialista \”Somos\”.

Hackeo. Los mensajes que todo indica han sido hackeados fueron los intercambiados a partir de abril de 2010 en un subforo originalmente de acceso restringido llamado \”Foro de periodistas\”, creado un año antes por los socios de Fopea que apoyaron la sanción de la Ley de Medios Audiovisuales.

A comienzos de diciembre pasado, cuando se registró la intromisión, ese subforo reunía a 23 \”chechenos\”, tal como se autodenominaron con buen humor los disidentes, quienes afirman a coro que fueron espiados por quienes ellos llamaban \”talibanes\”, \”magnettizados o \”clarinetes\”, es decir, el sector hegemónico en la comisión directiva de Fopea. Los intrusos, tras meterse en el subforo, realizaron una selección de sus textos que distribuyeron entre todos los socios junto a un supuesto informe analítico de los mismos realizado por Néstor Sclauzero, periodista de Radio Rivadavia, quien en los hechos ofició de instructor de la inquisición que a partir de entonces se desató.

Purga. Tras el escándalo, renunciaron a Fopea una treintena de miembros. En diciembre último lo hicieron 25, y luego, desgranados, el resto. Después la comisión directiva de Fopea –que también sufrió dos bajas– se abocó a llenar el vacío dejado por los dimitentes con una leva de nuevas incorporaciones.

De los 25 renunciantes iniciales, dos no participaban del subforo disidente pero fueron solidarios con los que si lo hacían por considerarlos víctimas, no sólo de espionaje, sino también del vituperio público (cuando menos, ante los demás miembros de Fopea) por parte de su comisión directiva.
Porque la C.D. de Fopea difundió, convenientemente \”editadas\”, las partes de aquella correspondencia que pintaban a los críticos como un grupo de \”inadaptados\”, como los calificó el \”Informe Sclauzero\”.

Fopea se fundó en 2003, siendo su principal animador y primer presidente el periodista Daniel Santoro, de \”Clarín\”. Y experimentó sucesivas crisis a partir de la resolución 125 del Ministerio de Economía que aumentó las retenciones a las exportaciones de soja y la eclosión en marzo de 2008 del llamado \”conflicto del campo\”, atizado por varios medios pero encabezado por Canal 13 y TN.

Recurrencias. Estas crisis siempre tuvieron como eje el enfrentamiento del Grupo Clarín con el Gobierno y los reiterados comunicados emitidos por la C.D. de Fopea a favor del primero, mientras permaneció en silencio cuando estalló el escándalo de Papel Prensa y tuvo una reacción pusilánime cuando ADEPA nombró director de su Comisión de Libertad de Expresión al director del diario Los Andes (del Grupo Clarín) Arturo Guardiola, quien durante la dictadura fue secretario de Cultura de Mendoza.

Pero la definitiva divisoria de aguas se fue produciendo en torno al debate de la Ley de Medios Audiovisuales a causa de los muchos reparos y aún oposición numantina (por ejemplo, en lo que hace al \”plazo de desinversión\”, principal \”leit motiv\” del Grupo Clarín) a la norma de la dirección de Fopea.

Así las cosas, un grupo de periodistas encabezados por el corresponsal de Telesur, Edgardo Esteban, grupo en el que también estuvo María Seoane, actual directora de Radio Nacional, se fue en septiembre de 2009.

Esteban, ex combatiente en Malvinas (en sus memorias se basó el film \”Iluminados por el fuego\”, de Tristán Bauer) recordó en su renuncia que decidió ser periodista \”cuando volvía de la guerra en un barco que las tapas de los diarios argentinos decían que estaba hundido\” y comenzó a darse cuenta \”de las mentiras e hipocresías que hay en esta profesión que tanto amo\”.

\”Esas empresas periodísticas eran cómplices de la dictadura militar y hoy defienden una ley (la de Medios de la dictadura) sólo para beneficio de su negocio\”, remató.

Luego de la salida de este grupo, no quedó en Fopea ningún periodista que admitiera simpatizar con el Gobierno nacional. Los ocho \”chechenos\” consultados negaron tanto ser kirchneristas como conocer a ningún periodista de los que se quedaron en Fopea que pudiera ser calificado progubernamental.

Renuentes. Entre estos entrevistados estuvieron Sebastián Lacunza y Juan Pablo Mansilla. Lacunza, jefe de Internacionales del diario Ámbito Financiero, fue director ejecutivo de Fopea, además de uno de los co-redactores de su Código de Ética, y al momento de renunciar era \”comisionado\”, por lo que se convirtió en la \”bête noire\” de sus hasta entonces compañeros de la comisión directiva. A excepción de la salteña Laura Urbano, que a pesar de no ser \”chechena\” como Lacunza renunció a la C.D. y a Fopea en un mismo acto.

Mansilla trabaja en la edición electrónica del diario \”Perfil\”, es colaborador de Lorena Maciel en Canal 13 y era el administrador del subforo hackeado. Para ingresar a Fopea es necesario estar recomendado por dos miembros. Mansilla recordó que sus avales fueron Lorena Maciel y su marido Gerardo \”Tato\” Young, ambos periodistas mimados por el Grupo Clarín.

En este contexto, los dos fueron renuentes a ahondar en el tema y pidieron mantener un bajo perfil. Otro entrevistado, que trabaja para el grupo Clarín, aunque más locuaz, pidió encarecidamente que ni se mencionara su nombre.

El Porteño y los indios Qom. A pesar de reconocer estar convencido de que \”si Mansilla no cometió un error tuvo que haber un hackeo\” y de que su propuesta de formar una comisión técnica de investigación para establecerlo fehacientemente fue rechazada por la C.D. de Fopea, para decepción de los \”chechenos\” el fundador de la legendaria revista \”El Porteño\”, Gabriel Levinas, continuó siendo miembro del foro.

Cuando se le dice que los renunciantes son muy críticos con él y consideran que su conducta fue sinuosa, Levinas replica que ninguno de ellos fue capaz de presentar una denuncia ante la Justicia, agrega que no puede descartarse completamente que Mansilla haya dejado accidentalmente \”la puerta abierta\” del foro intrusado y remata: \”Fopea puede cumplir un papel importante en la denuncia de cosas tan espantosas como la situación de los indios de Formosa bajo el gobierno de Guido Insfrán y otras muchas cosas que el kirchnerismo quiere barrer bajo la alfombra\”.

¿Qué crisis? El cronista se comunicó telefónicamente con Daniel Enz, director del semanario \”Análisis\” de Paraná y autor de varios libros. Enz fue cofundador de Fopea y uno de los que más abogó por incorporar a la organización, inicialmente porteña, a periodistas y docentes del interior del país. \”¿Crisis?¿Qué crisis? No hubo ninguna crisis\”, se atajó. Y después agregó. \”Ah, lo que me decís ocurrió hace mucho, en diciembre. Ya está superado. Desde entonces entró mucha gente a Fopea… Más de los que se fueron\”. Suficiente.

El ex corresponsal del diario \”La República\” de Montevideo y autor de libros como \”El oro de Moscú\” y \”La Fede\”, sobre la Federación Juvenil Comunista, Isidoro Gilbert, jamás fue \”checheno\” y mantiene añejas amistades en la redacción de Clarín. Sin embargo renunció a Fopea en solidaridad con los radiados.

Dice Gilbert que recibía muchísimos e–mails de los comisionados, \”sobre todo de Levinas, proponiendo debates que por lo general me parecían inconducentes y a los que no daba bola. Pero lo que me decidió a renunciar fue que echaran a estos muchachos\”.

Homogeneidad. \”Porque, si bien renunciaron, después de lo que pasó no tenían espacio para ninguna otra cosa. Hasta ese momento, había cierta heterogeneidad. Desde entonces no la hay: Fopea se convirtió en una organización homogéneamente opositora\”, sintetizó el veterano periodista.

Diario sobre Diarios (DsD) fue el único medio que en su momento informó que en Fopea se estaban produciendo renuncias masivas. Quien dio la noticia fue Alejandro Rodríguez Diez. Consultado, opinó que \”los grandes errores cometidos por Fopea son dos. El primero, admitir figurones, periodistas–empresarios como Joaquín Morales Solá, Pepe Eliashev y Luis Majul. Y el segundo, emitir comunicados por cosas por las que no tenían por qué hacerlo, casi siempre en defensa de los intereses de Clarín\”.

Víctor Hugo Morales, al anunciar el martes 29 de marzo en su programa de radio que renunciaba a la Academia Nacional de Periodismo, también arremetió contra Fopea al decir que \”cada uno de sus comunicados han tenido que ver casi siempre con Clarín. Sobre 57 comunicados, once son en defensa de Clarín\”.

Interferencias. Efectivamente, del relato coral surge que algunos de los mojones del descontento que fue \”in crescendo\” se encontraron en los comunicados emitidos para repudiar la presuntas interferencias a Canal 13, TN y Radio Mitre a fines de marzo de 2009, supuestamente por parte del Gobierno (y en la negativa a rectificarlo cuando se estableció que las interferencias se habían hecho desde la península de Yucatán, en México), y en el allanamiento de Clarín por inspectores de la AFIP en septiembre de aquél mismo año, episodio que motivó el alejamiento de Edgardo Esteban, María Seoane y otros.

Pero el incidente que precipitó la salida en masa de los \”chechenos\” tuvo lugar a raíz del editorial laudatorio que el diario \”La Nueva Provincia\”, de Bahía Blanca, le dedicó a la muerte del ex almirante genocida Emilio Eduardo Massera, en noviembre pasado.

Los \”chechenos\” le reclamaron entonces a la C.D. de Fopea que lo repudiara, pero ésta se negó argumentando que no era de su competencia pronunciarse sobre la línea editorial de ningún diario. Uno de sus argumentos fue que cuando \”La Nación\” elogió al ex general Carlos Guillermo Suárez Mason, (a) \”Pajarito\”, muerto en la prisión de Villa Devoto, Fopea había permanecido en silencio.

Aunque compartió el argumento de los demás comisionados, Lacunza trató de ser ecuánime y dijo que bien podía redactarse un texto que tanto los periodistas miembros de Fopea como los que no lo eran pudieran firmar. Y a continuación se abocó a esa tarea junto a otros \”chechenos\”. El texto llevó el título de \”Contra el negacionismo\” y recordó que los crímenes de Massera y particularmente los cometidos en la ESMA, no eran materia de especulación y debate, sino cosa juzgada.

Suena el clarín, mandan izar. Puesto que el presidente de Fopea, Gabriel Michi, se había puesto a redactar un texto con ese mismo objetivo, la difusión de \”Contra el negacionismo\” fue para la mayoría de los miembros de la comisión directiva como una patada en las encías. Todavía peor le ha de haber caído a la dirección de \”La Nueva Provincia\”, diario históricamente ligado a la Armada y al Servicio de Inteligencia Naval (SIN).
En este contexto, no parece casualidad que haya sido el editor–jefe del diario dirigido por el reivindicador de la tortura Vicente Massot (y conspicuo \”talibán\” de Fopea), Abel Escudero Zadrayec, autor de un libro de anécdotas acerca del desembarco de la infantería de Marina en Malvinas (El desembarco de una primicia), quién a comienzos de diciembre irrumpió en tromba en \”el foro de periodistas\” con un e–mail titulado; \”Che, che, no\”, en el que los trató de \”ratas\”, invitó a los demás fopeanos a comprobar por sí mismos \”la traición\” y les anunció a los estupefactos \”chechenos\” que de inmediato los denunciaría ante la C.D.

Así ocurrió. El administrador Mansilla procedió a borrar todos los mensajes, pero ya habían sido copiados por Escudero, satisfecho de haberse vengado de quienes, como había podido comprobar, lo trataban en sus intercambios privados de \”cuatro de copas\”.

\”Juliancito\” y la Stasi. Excepto Enz, todas las fuentes consultadas coincidieron en apreciar que el sitio fue hackeado y pasado por el intruso de \”cerrado\” (al cual sólo se puede acceder por invitación del administrador y a través de una clave) a \”abierto\” (a la curiosidad de cualquiera). Incluso uno de los entrevistados recordó, suspicaz, que Escudero agradeció en uno de sus e–mails triunfales \”a un tal \’Juliancito\’ por habernos desenmascarado, de lo cual deduzco que sea ese el nombre del hacker\”.

Todas las fuentes consultadas coincidieron en apreciar también que resulta evidente que los miembros de la C.D., excepto los renunciantes Lacunza y Laura Urbano, tuvieron en su poder todos los e–mails intercambiados dentro del \”foro de periodistas\” de Yahoo varios días antes de la irrupción de Escudero en el mismo.

Se basan tanto en reconocimientos explícitos que les habría hecho el presidente de Fopea, Michi, como en el hecho de que escasas horas después, en la noche del 2 de diciembre, Sclauzero difundió por e–mail un análisis \”sui generis\” de los muchos correos \”chechenos\”. Análisis que, comentó un apenado Lacunza, recuerda por su perspectiva policial a la premiada película \”La vida de los otros\”, sobre el espionaje cotidiano por parte de la policía política (Stasi) de la antigua República Democrática Alemana.

Parece obvio que Sclauzero no tuvo tiempo de leer todos los e–mails y redactar ese texto inquisidor en esas escasas horas. Dándose cuenta, el mismo Sclauzero lo inició negando haber accedido al mismo por medio de la C.D. de Fopea: \”Un colega que no forma parte de Fopea me hizo llegar un link de acceso público a un foro de Yahoo…\”, escribió.

Increíble. Tanto Escudero como los miembros de la C.D. tenían tan clara conciencia de estar obrando mal, que Michi dijo días después que tan pronto le llegó el link que le permitía acceder libremente al \”foro de periodistas\” de los \”chechenos\”, convocó a un escribano, pagándolo de su bolsillo, para que certificara que se podía entrar a él libremente, sin necesidad de ninguna contraseña.

Elena Corvalán es la presidenta de la Asociación de Periodistas de Salta y directora de Radio Nacional en esa provincia y participó del \”Foro de Periodistas\”. Puntualiza: \”Nos hackearon las cuentas de los que participábamos de ese subgrupo, una línea interna se podría decir\”. Y añade que \”ese hecho me provocó una gran indignación\” y que le pareció que ese \”era mi límite y me fui\”. Los pronunciamientos que sacó luego Fopea \”me convencieron de que tomé la decisión correcta\”.

\”Después de la irrupción en los e–mails del grupo que, destaco, eran privados (y dónde, además de importantes discusiones, se hacían bromas e intercambios jocosos) fuimos juzgados y difamados, incluso con e–mails insultantes a algunos miembros del grupo, tanto en el foro general como a los mails privados. Sin ningún tipo de posibilidad de derecho a réplica más que algunas aclaraciones al foro entero de que los e–mails eran de un grupo cerrado y, por ende privado, se nos tildó de querer dinamitar el Foro. Ahí es cuando terminé de decidir que no podía pertenecer a una asociación que utilizara y/o avalara el método de mentir y tergiversar contra sus mismos socios. Por lo que al día siguiente envié mi renuncia\”, dijo Víctor Arancibia, director de la carrera de Periodismo en la Universidad Nacional de Salta.

Límites y paradojas. \”Más allá del hackeo, me resulta increíble que varios socios/as de un foro dedicado a la defensa de la libertad de expresión se tomaran el trabajo de leer mails cuya privacidad era evidente al leer su contenido\”, agrega la esposa de Arancibia, Alejandra Cebrelli, quien codirige con él la carrera de Periodismo en la UNAS. \”Y más increíble todavía me parece que seguidamente, los copiaran, los recortaran, los hicieran circular y comentar entre otras personas y algunos socios y, peor aún, no pararan de hacerlo pese a los reiterados pedidos de quienes nos sentíamos violados en nuestra intimidad. Me di cuenta que se había pasado un límite\”.

Miriam Lewin cree que \”se cometieron dos delitos\”. Uno, la intromisión en un intercambio epistolar privado, y otro, su difusión pública. Y a pesar de que su situación no es fácil ya que tiene un pie en Radio Nacional y el otro en Canal 13, dónde trabaja desde hace dos décadas, después de decir que no quiere hacer declaraciones, no puede con su genio.

\”Es como si yo me olvidara cartas mías cerradas en el escritorio. Y que venga otro y las abra, las lea y después haga un trabajo crítico sobre ellas y lo publique. Sea una sola persona o sean dos las que consumen estas acciones, para mi son dos delitos\”, razona. Y se burla de Michi y del escribano que atestiguó que podía entrar libremente al \”foro de periodistas\”. \”Que haya sido otro el que abrió los sobres no te exime de abstenerte de distribuir su contenido\”, dijo. Y agregó: \”Yo había ingresado a la lista muy poco antes, así que no quedé expuesta con este módico WikiLeaks entre periodistas. Pero ahí mismo decidí renunciar a Fopea. Porque mi límite es el espionaje. No quise permanecer ni un minuto más en una organización que proclama defender la libertad de expresión y espía a sus miembros\”.

Cebrelli lo sintetizó por escrito: \”Las prácticas de los servicios secretos aplicadas gratuitamente a sus pares por los mismos que firmaron el \’Código de Ética Periodística Argentino\’ es una paradoja que pone en tela de juicio cualquier tipo de accionar o comunicación que de esta organización emane\”.

Lo mismo había dicho Lacunza. Cuando se le transmiten a Gilbert los dichos de Lewin, asiente: \”Es así, es así. Miriam tiene razón\”.

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