Considerado por millones de seguidores como un Dios viviente, Sai Baba murió en un hospital de Puttaparthi, su ciudad natal al sur de la India, donde estaba internado por problemas cardíacos. Había anunciado que moriría a los 96 años y que ocho años después nacería su sucesor. Pero falleció a los 85.

De la Redacción

Con millones de seguidores en todo el mundo, incluyendo a influyentes políticos y estrellas del cine y la televisión, Sai Baba (\”buen hombre\”, en hindi) se había autoproclamado Dios, había anunciado que moriría a los 96 años y que ocho años después nacería su sucesor. Pero el gurú, cuyo verdadero nombre era Sathyanarayana Raju, falleció once años antes de lo \”previsto\” debido a un colapso cardiocirculatorio en un hospital de Puttaparthi, su ciudad natal.

Gracias a millonarias donaciones, Sai Baba armó una poderosa organización con seguidores tan influyentes como el ex premier indio Atal Behari Vajpayee. Su centro religioso en la India se convirtió en un lugar de peregrinación al que acudían cientos de miles de personas cada año y diversas personalidades indias. Incluso la presidenta Pratibha Patil y el primer ministro, Manmohan Singh, estuvieron en el último cumpleaños del gurú.

Por eso una de las mayores incógnitas tras su muerte es el futuro de los 9.000 millones de dólares que maneja su fundación, según datos del propio ministerio de Hacienda indio. En Puttaparthi, ciudad donde nació y murió, se levantaron escuelas, hoteles, una universidad, un aeropuerto y un hospital en el que se realizan tratamientos y operaciones a precios simbólicos para los más pobres. \”No creo que nadie tome su posta. Lo ideal sería que se siga la meditación y su obra de servicios\”, afirmó el conductor Claudio María Domínguez, uno de los cientos de argentinos que viajaron a la India para encontrarse con quien fue su guía espiritual (Ver recuadro).

Conocido por su melena estilo \”afro\” y su larga túnica naranja, logró una gran popularidad en Occidente en la década del \’70, debido en gran parte al movimiento \”hippie\”, al que conquistó con su estética y sus presuntos milagros.

\”Sathya Sai Baba era un líder espiritual que inspiró a millones de personas a, sin renunciar a su propia religión, llevar una vida moral, siguiendo las ideas de verdad, conducta adecuada, paz, amor y no violencia\”, se lamentó el propio primer ministro Singh en un comunicado.
De los millones de devotos que tenía Sai Baba en todo el mundo, unos 700 viven en nuestro país, según datos de la Organización Sri Sathya Sai Baba de la Argentina. Según la propia organización, hay 48 agrupaciones de seguidores en todo el país y 700 miembros plenamente activos.

El objetivo de la organización es transmitir a sus seguidores el \”código de conducta\” dado por Sai Baba en un discurso en 1983, en el que se incluye la oración y la meditación diaria; realizar cantos devocionales con los miembros de la familia una vez por semana, participar en trabajos comunitarios; hablar a todos en forma suave y amorosa; no hablar mal de otros, especialmente en su ausencia; poner en práctica el programa \”Límite a los Deseos\” y utilizar los ahorros generados para el \”servicio a la humanidad\”.

Pero Sai Baba también afrontó en los últimos años denuncias por fraude y abuso sexual contra niños y adultos varones en varios países. Muchos creían que sus supuestos milagros eran en realidad fraudes y trucos de ilusionismo y prestidigitación con los que engañaba a la gente.

\”Llevábamos décadas intentando desenmascararlo. Él mismo dijo que moriría a los 96 años… y mire. Su influencia ha sido negativa para la India. Hoy hay unas 7.000 personas que dicen ser avatares de Dios\”, afirmó a la agencia de noticias española EFE el presidente de la Asociación de Racionalistas Indios, Sanal Edamaruku.

El hombre de los \”milagros\”. Durante su vida, fue amado y venerado por millones de seguidores que lo consideraban una encarnación de la trinidad hindú formada por Brahma, Vishnú y Shiva.

Nacido en 1926 en el seno de una familia pobre, cuando tenía 14 años -y luego de vivir una serie de hechos considerados por él como sobrenaturales-, le aseguró a sus íntimos que era la reencarnación de Shirdi Sai Baba, un santo indio del siglo XIX de la región de Maharashtra, venerado por hindúes y musulmanes, y predicó durante tres días bajo un árbol de Puttaparthi, donde luego levantó su centro religioso, el \”Prashanti Nilayam\” o \”Morada de la Paz\”.

Tiempo después se hizo famoso por sus supuestos milagros, curaciones y \”habilidades místicas\” con las que producía ceniza o comida de la nada y que luego repartía entre el público, o sacaba de su boca joyas, bolas de oro y relojes. También tenía supuestas facultades de levitación, bilocación y teleportación.

Aunque sus seguidores aseguraban que se trataba de milagros, esas prácticas fueron denunciadas como fraudulentas por diversas asociaciones en todo el mundo y por investigadores psíquicos de Occidente.

Aunque sus devotos aseguraban que la de Sai Baba no era una nueva religión, secta o culto, al final casi todos sus seguidores terminaban dejndo su antiguo culto.

El carácter universal de su misión está representando en el Sarva Dharma, emblema que simbólicamente engloba a todas las religiones. Y el principal objetivo del gurú era \”estimular y motivar al individuo en la búsqueda de la autorrealización\”. Las personas que tienen su propia fe, decía, \”deben profundizar en ella, sin que se les perturbe\”.

Probablemente, esa amplitud fue una de las claves de la masividad que alcanzaron sus enseñanzas.

Miles de millones. Sai Baba logró construir un imperio gracias a las millonarias donaciones que recibió en las últimas décadas por parte de poderosos personajes. Luego de las denuncias por fraude y acoso que recibió desde el año 2000, se dedicó en especial a sostener su fundación y a realizar obras de caridad.

El gurú autoproclamado Dios tuvo entre sus seguidores a presidentes y ministros, empresarios, actores, psicólogos, científicos de la NASA, budistas y curas. El creador del Hard Rock Café, Issac Tigrett, le donó más de 60 millones de dólares para que pudiese construir un hospital.

Con esta y otras millonarias donaciones, financió proyectos de salud y educación en la India, además de la construcción de hospitales y clínicas donde sus fieles aseguran que se curan enfermedades \”más allá de las capacidades de la medicina convencional\”. En los últimos años, su ciudad natal se transformó en un complejo de hoteles, edificios de la universidad y un \”ashram\” (centro de enseñanza y meditación) al que acuden devotos de todo el mundo.

Fraude y abuso. A lo largo de su vida, Sai Baba cosechó millones de seguidores pero también miles de detractores, que lo acusaban de prácticas fraudulentas y de abuso sexual contra niños y adultos durante las reuniones privadas que mantenía con ellos.

En un artículo publicado por la revista \”India Today\” el 4 de diciembre del 2000, un grupo de ex devotos lo acusó de varios delitos e incluso dijeron que junto al Sai Baba vivieron un \”infierno privado\”. \”Una desilusión que tiene tres etapas: rechazo, pesar e indignación\”, sostuvieron.

Uno de los denunciantes fue Jeff Young, un norteamericano que fue presidente de la Organización Sai en la región Sur Central de los Estados Unidos.

El hombre denunció que su hijo Sam fue abusado sexualmente por el gurú desde que tenía 16 años, en 1997, hasta 1999. Esa denuncia fue publicada por primera vez en el diario británico \”Daily Telegraph\”.
Sam estudiaba en la India, en uno de los tantos colegios que tiene la Organización Sai. Según su padre, Sai Baba \”le acariciaba el pene y se enfadaba porque este no podía tener una erección\”.

El responsable de la Organización Sai de Holanda, Win Goedbloed, tiene una explicación para este supuesto comportamiento de Baba: \”A Sai lo visita gente sexualmente frustrada. Y él está rompiendo la obsesión de ellos abriendo un punto de energía entre el ano y el pene, para que así fluya la energía del Kundalini\”.

Para el hinduismo, KundalinÄ« es una energía invisible e inmedible representada por una serpiente (o un dragón), que duerme enroscada en el muladhara (el primero de los chakras, ubicado en la zona del perineo).
A través de un documento llamado \”The Findings\”, el ex devoto inglés David Bailey se convirtió en el principal expositor y recolector de las numerosas denuncias acumuladas contra Sai Baba.

Uno de los denunciantes fue Hari Sampat, un ingeniero de Chicago que sirvió como voluntario de seguridad interna en el \”ashram\” de Baba de 1992 a 1995, quien declara \”haber oído de estas actividades de pederastía\”. Según Sampat, las investigó y encontró que eran reales. \”Fue entonces que me di cuenta de que tenía que exponerlo todo\”, aseguró.

Las denuncias se extendieron rápidamente a países como Gran Bretaña, Australia, Alemania, Estados Unidos y Suecia ,pero fueron negadas sistemáticamente por el gurú y sus seguidores.

Aunque siempre negó las acusaciones, a partir del inicio de las denuncias, Sai Baba abandonó sus \”milagros\” y se concentró en la ayuda social y la caridad.

Hoy, el futuro de las escuelas, hospitales y universidades que fueron construidos y financiados por su organización en las últimas décadas entra por ahora en un cono de sombras.

El encargado del manejo de 9.000 millones de dólares y de la contención de millones de personas en todo el mundo todavía no tiene nombre.
Mientras tanto, cientos de miles de personas se acercaron a despedirlo al \”ashram\” (centro de meditación) en la ciudad sagrada de Andhra Pradesh, que todavía no sabe cómo continuarán sus días sin la presencia de su líder espiritual.