“Chicha” Mariani dijo ante un tribunal oral que cree que la hija de la dueña de Clarín es su nieta biológica. Marcela Noble Herrera, la joven heredera, se niega a someterse a exámenes genéticos.
Difícil la situación mañana para algunos medios nacionales: cómo publicar los dichos de un referente indiscutido de los derechos humanos en la Argentina y el Mundo: María Isabel Chorobik de Mariani, una anciana pequeña de 86 años más conocida como “Chicha”. La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo y su presidenta desde 1977 a 1989 dijo hoy ante un tribunal oral que, para ella, la hija adoptiva de la directora de Clarin Ernestina Herrera de Noble es su nieta biológica Clara Anahí.
Se trata de Marcela, la joven de 33 años que se niega a someterse a exámenes genéticos para dilucidar su origen. Ella fue entregada de bebé a la viuda de Noble, según una causa judicial donde consta que se la dejaron en la puerta de la casa.
Algo similar ocurrió con su Felipe, también hijo adoptivo y también sospechado de ser hijo de desaparecidos.
Chicha llegó por la mañana a los tribunales federales de Retiro para declarar como testigo de manera anticipada en el juicio oral por robo de bebés en la Argentina de la dictadura, cuyo inicio está programado para marzo. Pero realista, hizo un pedido especial al Tribunal Oral Federal 6, por su edad y estado de salud, siempre hay riesgos y ella quería dejar si o si su testimonio en este proceso, la razón de ser de su vida.
“Para mí es mi nieta”, dijo con convicción sobre la pequeña Clara Anahí, robada a los tres meses en noviembre de 1976 del departamento donde fue asesinada su madre junto a otras cuatro personas.
“Siempre lo creí posible pero cuando ví las fotos del casamiento de Felipe, hay muchos rasgos de la cara que son de nuestra familia y la mano, la tiene así como yo ahora”, expresó mostrando su mano pequeña y avejentada.
Pero no todo se basó en presentimientos de abuela. Chicha dijo que el mismo policía bonaerense que se llevó a la beba por orden del entonces todopoderoso y ahora fallecido Ramón Camps fue quien poco después llevó a Marcela a casa de Noble, desde La Plata.
Este policía está fallecido, algo que Mariani puso hoy en duda.
“Cuando nos llegó a las Abuelas la información de que la hija adoptiva de Ernestina era hija de desaparecidos, yo pensé que podía ser mi nieta, pero luego abandoné esa pista porque había otras pistas mucho mas seguras que nos permitieron recuperar los primeros chicos robados”, recordó.
De hecho, Mariani no es querellante particular en la causa que se tramita en San Isidro para intentar develar la identidad de los jóvenes, aunque como parte de Abuelas si integra la querella y logró ampliar el objeto procesal para determinar si en general son hijos de desaparecidos, es decir, la comparación de su ADN con todas las muestras existentes de familias que buscan bebés apropiados.
“Cuando vino la democracia, la señora de Noble se fue con sus hijos adoptivos a Suiza y los puso en un colegio, y yo creo que lo hizo porque pensó que nosotros íbamos a hacer algo con los datos que teníamos.”, contó a los jueces.
Desde el 7 de marzo en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés -la única causa que no se vio frenada por leyes de Obediencia Debida y Punto Final- se sentarán en el banquillo los ex dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, además de los más altos exponentes de la dictadura. Todos tuvieron hoy oportunidad de presenciar el testimonio. Ninguno lo hizo.
“Nosotros sabemos que la chica es hija de desaparecidos, pero el chico no estamos seguros.”
“Quien ayudó a Noble cuando estaba presa, era (Jorge) Fino Palacios, que le llevaba la peluquera y la manicura a la cárcel.”
Eso lo dijo en referencia al actual detenido en la causa del espionaje telefónico ilegal que por entonces era un alto jefe de la Federal. Ernestina Herrrera de Noble estuvo presa pro orden del luego destituido juez federal de San Isidro Roberto Marquevich.
“El arzobispo de la Plata, monseñor Plaza, también estuvo relacionado a los Noble.”