Gastón Castillo fue apadrinado en 1977 por el dictador a pedido de su madre, que esperaba que eso le facilitara recuperar a su marido.
Castillo, séptimo hijo varón del matrimonio conformado por Roberto Castillo y Josefa García, fue apadrinado por Jorge Rafael Videla en diciembre de 1977 a pedido de su madre, con la esperanza de que ese vínculo le permitiera recuperar a su marido, que estaba desaparecido desde febrero de ese año.
En 2009, los restos de Castillo fueron recuperados e identificados. Estaba enterrado como NN en el cementerio de Avellandea, y tenía signos de una muerte violenta. Luego de muchas gestiones, en septiembre Gastón envió una carta al titular del Episcopado y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, intimándolo a anular ese sacramento.
Ante el estado público que tomó la situación, la Iglesia Católica accedió rápidamente a la petición y anuló el acta que decía que el dictador era su padrino de bautismo, tal como publicó Gaceta Mercantil.
Ahora, la Iglesia debe instituir el nuevo padrinazgo. La elección de Gastón Castillo recaerá entre aquellas personas que reúnan como condición indispensable “un compromiso efectivo por la vigencia de los Derechos Humanos y la lucha por la memoria y justicia por 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos”, según declaró.
Por ello ha decidido solicitar el padrinazgo a la presidente Cristina Fernández de Kirchner o a su esposo Néstor Kirchner, según lo permita la norma canónica, “en la seguridad que ambos reúnen las condiciones imprescindibles para cumplir la alta misión, que jamás podría haber cumplido el genocida exonerado del sacramento”, según la información a la que accedió Gaceta Mercantil.
La ley 20.843 prevé que el séptimo hijo varón de un matrimonio pueda solicitar el padrinazgo presidencial. En este caso hay un impedimento de género, ya que la presidencia la ejerce una mujer, y no hay, en primera instancia, jurisprudencia canónica respecto de qué hacer en esa situación. De ahí que Castillo propone como nombre alternativo el del ex presidente Kirchner.
La decisión no será fácil para la institución que conduce Bergoglio, cuyo enfrentamiento con el matrimonio presidencial es abierto y notorio.
Ahora, Gastón aguardará la aceptación, “esperando que esta designación sea una oportunidad para emprender un sano vínculo espiritual, además de ser congruente con un país en paz, con justicia y con memoria”, apuntó.