Si Borges odió uno de sus libros, ese fue sin duda “El tamaño de mi esperanza”. Historia de ese desencuentro.
Si Borges odió uno de sus libros, ese fue sin duda “El tamaño de mi esperanza”.
Desde la edición inicial de Proa en 1926 hasta su muerte, el bardo ciego transitó un camino de desdén con el libro. “El tamaño…” fue desterrado de tal forma que no lo incluyó en sus Obras Completas y lo negó cuando recibió, en 1971, el Doctorado Honoris Causa en Oxford. Allí, un incauto alumno le preguntó por “El tamaño…” y Borges tuvo una reacción airada: “Ese libro no existe y le aconsejo que no lo busque más”.
No obstante, el estudiante lo llamó por teléfono al otro día y le dijo que se quedara tranquilo porque el libro existía y estaba en la Biblioteca Bodleiana de Oxford. Borges –cuenta su viuda Kodama- la miró y le comentó con ironía: “¡Qué vamos a hacer, María, estoy perdido!”.