Si el miércoles surte efecto la presión de Pemex, el directorio de Repsol cerrará su litigio con Argentina, lejos de los US$ 10.500 millones que le reclamaba en el CIADI pero mucho más distante aún del “cero pesos” de resarcimiento al que lo condenó el gobierno argentino en la ruidosa confiscación de activos de abril de 2012. El país ha comprobado, en estos largos meses, los efectos del incansable petardeo legal a la que lo sometió la petrolera española, lo que se tradujo en variadas acciones y lobbies de cara a otras petroleras, en Europa y en Estados Unidos. Pero lo peor fue la forma en que recibieron los mercados mundiales aquella ruidosa captura de activos privados. Unas cuantas inversiones se vieron frustradas después de aquella medida y la administración K ha debido ceder y conceder, como se vio frente a Chevron y otros interesados en Vaca Muerta. A menor confianza, más garantías. Por eso es que el resistente Antoni Brufau, recibió en marzo a través de La Caixa, en junio a través de Pemex, y varias veces a través del gobierno de su país, diversos borradores de acuerdos para cerrar el conflicto e ir todos juntos a por Vaca Muerta, la niña bonita de la exploración no convencional de hidrocarburos en esta parte del mundo
Esta vez, las cartas parecen bastante echadas, y el “mix” de acciones, participaciones y “cash” que propuso Argentina no será un mal negocio a la postre para Repsol y sus socios. Lo cual no resolverá la inocultable puja por el control de la compañía que los envuelve, pero sí cerrará un capítulo que le sabía a despojo y derrota. Por lo pronto, el IBEX de Madrid ya premiaba esta mañana con un 4% a los papeles del grupo. Seguramente, los inversores saludarán también a YPF, que hoy se exhibe valorizada, muy lejos del desplome tras el despido de Repsol.
“Todos ganan”, decía ayer un encumbrado funcionario, contento porque arreglo con los españoles es la primera señal fuerte de vientos de cambio, tras el fichaje de Jorge Capitanich y Axel Kicillof, una incierta perestroika a la que el mundo de los negocios mira por estas horas con una lupa así de grande.
Y recordaba la reciente insinuación de Cristina de que firmará con quien tenga que firmar para salir del rojo energético que soporta el país. Lo cual incluirá, después del pacto de amistad, a la defenestrada Repsol.
Ahora sí, ¡vamos por todo! (el shale y el tight).
* Director de EnerNews