8-N: La “primavera árabe” que no fue

Fecha:

Compartir

La masiva movilización en contra de las políticas del Gobierno de Cristina Kirchner, celebrada este jueves en la Capital y en las principales ciudades del Interior, convocada básicamente por los medios opositores y a través de las redes sociales, no amenaza con convertirse en el disparador de una “primavera árabe”.

Miles de argentinos descontentos con la forma y el fondo del oficialismo poblaron las principales avenidas durante unas horas y dejaron expresado su mensaje, pero parece difícil que no vaya a caer en saco roto.

Y esto será así tanto en el caso del Gobierno como en el de la oposición: para el Gobierno porque esta manifestación ni siquiera tiene la cohesión de las movilizaciones del campo, en 2008, aunque comparta con aquellas un rechazo visceral al modelo político y cultural que encarna el kirchnerismo. Esta falta de precisión en la demanda diluye el impacto político de la convocatoria, pero no esconde el hecho de que Cristina tomó una serie de decisiones con un fuerte costo político, costo que comienza a pagar cuando falta aún un año para las próximas elecciones legislativas.

Para la oposición, porque la marcha desnuda su incapacidad para articular un proyecto convocante, algo más que un mensaje, cuando se ve que hay tantos potenciales destinatarios. Difícil es saber si más que en octubre de 2011, cuando el 46 por ciento de los votantes sufragó en contra de CFK, pero hay un mercado allí que, si surgiera un liderazgo claro antiK, muy probablemente lo seguiría. Los dirigentes opositores deben haber mirado anoche la televisión con la sensación de tener la ñata contra el vidrio, esto es, con un deseo desesperado por imaginar de qué manera podrían quedarse con ese capital político sin padre que está allí, pero que les resulta hasta ahora tan justificadamente esquivo.

El único que expresó públicamente que había que participar del 8-N fue Mauricio Macri (Brutal paradoja: quien más reacio es a verse como político convocó, mientras hubo dirigentes tradicionales que dijeron que preferían no participar para no \”enturbiar\” la convocatoria). Macri lo hizo en el tono que viene sosteniendo en los últimos tiempos, casi aconsejando a la Presidente pero tratando de mostrarse como el futuro líder moderado que el país necesita después de tantos años de crispación kirchnerista (en particular, del último año).

El saldo político de esta multitudinaria demostración será neutro si, tal como parece, la oposición sigue sin poder hacer pie en los sectores descontentos, que según sea la encuesta que se tome habrían hecho mermar la imagen presidencial entre un 15 y un 20 por ciento en los últimos doce meses.

En diez días más verá las calles otra movilización, más tradicional, conducida por una alianza extraña entre Hugo Moyano y Pablo Micheli. Sea cual sea su capacidad de convocatoria –se descuenta que acudirán varios miles de encuadrados–, esa marcha sí servirá para amalgamar un armado con un fin político preciso a finales de 2013. Habrá que ver si alcanzan el objetivo.

Compartir

Últimas noticias

Suscribite a Gaceta

Relacionadas
Ver Más

Volver al Futuro 2024

*Por Augusto Neve El paso del tiempo nos aqueja. No lo...

No es ignorancia, es odio a España y a su legado: la Hispanidad

Las recientes declaraciones del flamante Ministro de Cultura, el...

El verso y la búsqueda de la felicidad

Vivimos perseguidos por las órdenes e indicaciones que en redes sociales nos muestran cómo debería ser nuestra vida, cuando la realidad parece encerrarnos en otro modelo.

Espiritualidad y vacío

¿Para qué vivir? ¿Por qué elegimos viviendo? ¿Para nada? El rol de la espiritualidad. Y También el de la ciencia y la tecnología.