El delantero “xeneize” admitió que los referentes del plantel discutieron con la dirigencia por premios antes de la revancha que perdieron con Corinthians.
Como si faltara algo para caldear los ánimos en Boca tras la derrota por penales ante el Corinthians en La Bombonera, la semana pasada, por la vuelta de los octavos de la Copa Libertadores, un protagonista no deseado de aquella noche, Darío “Pipa” Benedetto, que erró dos penales (uno en el partido y otro en la tanda definitoria), salió a hablar. Y no fue para bien.
El delantero quedó en el centro de la escena por la arenga previa a la eliminación ante el equipo brasileño, en la que arremetió contra el Consejo de Fútbol que encabeza Juan Román Riquelme por haberlos tratados de “perdedores”.
“No estaba enojado, tenía ganas de salir a comerme el mundo, era una fase eliminatoria, por Copa, fue eso, una arenga. No fue un mensaje para nadie y lo aclaré con las personas con las que tenía que aclararlo. Les quise mojar un poquito la oreja a los jugadores”, aseguró Benedetto en declaraciones a ESPN.
“Hablo mucho con Román (Riquelme) y con el Consejo, las cosas se las voy a decir a ellos. Nunca me di cuenta de que había una cámara. No fue dirigida a nadie, fue solo para levantar a los jugadores y que salgan a por todo”, continuó.
“Hablé con Riquelme en los últimos días. Después del partido con Corinthians, después de San Lorenzo, tengo su apoyo. No tuve que pedir disculpas porque la arenga no fue para nadie”, insistió.
Pero después reconoció que el plantel discutió con el Consejo por los premios justo el día previo a la eliminación en la Libertadores. Y que estuvieron a punto de no concentrar por una diferencia económica. Lo que desató la furia de muchos hinchas en las redes sociales.
“Escuché tantas cosas, que queríamos cobrar por perder…nunca cobré un premio por perder, tampoco me interesa. Después son reuniones, hay discusiones y es algo normal. Queda todo ahí, es un ida y vuelta normal. Discutimos y no pasa más de ahí. Queda ahí, muere ahí, no puedo entrar más en detalles”, se atajó.
No obstante, añadió: “Amagamos con no concentrar. No sé si era el momento o no, pero se dio de esa manera”, pero “no es que quedamos afuera por los premios o por una discusión”, señaló.
En cuanto a lo ocurrido tras ese episodio, acotó. “Fueron días difíciles. Quedar afuera de una Copa errando dos penales, con Seba (Battaglia) que se fue…es difícil. Lo que siempre rescato es el grupo hay. Sabemos lo que significa Boca, hay que levantar cabeza. Dejamos todo, pero no se pudo”.
“No quise volver a ver el partido. Los penales los erran quienes los patean. Creo que hubiera cambiado la historia del partido. Si hay un penal el sábado (ante Talleres), lo pateo. Primero hay que ver si el técnico me pone”, abrió la puerta.
Sobre el mensaje de su hermano Lucas, dirigido a los dirigentes, señaló: “Mi hermano tiene 34 años, puede decir lo que quiera. Yo me hago cargo de las cosas que digo y mi hermano que se haga cargo de las que él dice. A mí también me sorprendió. Le mandé un mensaje y le pregunté: ‘¿Qué carajo hacés?’. Me respondió: ‘Soy un boludo’. No me puedo hacer cargo. Mi familia es enferma de Boca y les guste o no, putean jugadores como cualquier hincha, pero yo no me puedo hacer responsable. No llamé a Román. Seguramente debe estar preocupado por lo que dijo mi hermano…No lo podía creer”.