Se inauguró en la Usina del Arte, en La Boca, la muestra del consagrado artista uruguayo Emilio Bolinches.

El artista uruguayo Emilio Bolinches presenta sus más recientes obras en una muestra bajo el título “Magos renunciando a renunciar”, en la Usina del Arte de La Boca con el auspicio de la embajada de la República Oriental del Uruguay.

El contacto con el arte de este pintor comienza desde muy niño, cuando un accidente y posterior operación de columna lo obligan a permanecer en su casa y descubre por unos fascículos de arte un mundo del que no se separó nunca más.

Ni bien se restableció y recuperó su movilidad, comenzó a concurrir a clases de pintura y a talleres de artistas, algunos de los cuales fueron discípulos de Joaquín Torres García y formaron parte del arte Constructivo, algo que de alguna manera está reflejado en las pinturas de Bolinches.

Con apnas 13 años realizó su primera muestra individual y a los 17 era parte de la Galería Aramayo, en Montevideo y Punta del Este.

Su amistad con los pintores e intelectuales le permitió empaparse del conocimiento que la bohemia local le permitía. También los reiterados viajes a Europa aportaron experiencias y nuevas miradas por su contacto con los artistas en sus talleres.

Bolinches presenta ahora acrílicos sobre tela en gran formato y algunos en pequeño. En la inauguración, este viernes, comentó atravesó un importante problema de salud y que en su muestra anterior tuvo fuerza “sólo para hacer obras en pequeño formato sobre papel”.

En sus trabajos, las formas geométricas de dameros recuerdan lo heredado del movimiento constructivista y juega con unos pequeños personajes lúdicos que se columpian como acróbatas de un circo imaginario, que demuestran a través de su parte iluminada y la sombra que proyectan esa dualidad del ser humano capaz de reflejar  luz y ser sombra, al mismo tiempo.

En las obras hay escaleras que no tocan el piso pero igual son capaces de cumplir su tarea y permiten trepar hasta las nubes a personajes con bonetes. Los fondos están defragmentados y dejan ver las pinceladas, como pixeles caprichosos cubriendo la superficie.

En contraposición hay unas obras de pequeño formato en las que el fondo es de un rojo brillante y atractivo, donde flotan figuras femeninas y circenses que se cuelgan de una luna hueca o de una llave que hace las veces de columpio.

Para el artista “esta muestra es una fiesta después de que toda la humanidad parase por la pandemia”, y siente que sirvió para demostrar que el arte “es una herramienta global capaz de apaciguar, de hacer reflexionar y de llevar calma”

La crisis sanitaria también sumergió al mundo en la incertidumbre, que es más bien un territorio conocido para los artistas ya que la gente, en general, está más a acostumbrada a lidiar con certezas.

Dijo Bolinches que magos “somos todos, desde que nacemos, y todos en la vida -entre soles y tormentas y los que estamos aquí- en algún momento difícil alguna magia hicimos”. El artista oriental agradece a diario “poder seguir caminando todavía en este mundo”

La muestra estará abierta hasta el 3 de julio en Agustín Caffarena, en La Boca, de viernes de 15 a 20 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 20, con entrada libre y gratuita.