Además, se espera que la Reserva Federal estadounidense repita este accionar en junio para controlar la peor suba de la inflación en cuatro décadas.
La Reserva Federal estadounidense (FED) dictaminó hoy una suba en sus tasas de interés de 0,50 puntos porcentuales, la más grande desde el año 2000, con el objetivo de frenar una inflación que, en los Estados Unidos, llegó a un récord no visto desde 1981.
Con la suba de medio punto, el Comité de Política Monetaria (FOMC) de la FED las llevó a un rango de 0,75% a 1%, y se espera que vuelva a repetir la misma suba en junio.
Luego de casi dos años de mantenerlas en un mínimo histórico, tras dejarlas en marzo de 2020 a un nivel cercano al 0% con el fin de salvaguardar la economía en medio de la crisis del coronavirus, en marzo la FED aumentó las tasas de referencia, llevándolas a un rango de 0,25% a 0,50% en la que fue la primera suba desde 2018, momento en el cual las tasas llegaron a 2,50%.
En ese entonces, la entidad monetaria adelantó que en los siguientes meses realizaría alzas adicionales con el objetivo de abordar la escalada inflacionaria, la cual hasta fines del año pasado la consideraba como “coyuntural”.
El presidente de la FED, Jerome Powell remarcó como “absolutamente esencial” restablecer la estabilidad de precios y, para ello, había que aumentar “rápidamente” las tasas.
Una suba de este rango es poco común en la FED que suele elevarla en incrementos más modestos de un cuarto de punto, tal como lo hizo en marzo.
Las mayores tasas, al promover el ahorro y encarecer el crédito, permitirían calmar la demanda de los consumidores y reducir la cantidad de circulante, una táctica que suele utilizarse en escenarios de alta inflación, como el que experimenta Estados Unidos cuyo índice de precios alcanzó un 8,5% interanual en marzo, un número sin precedentes desde diciembre de 1981.
Claro que hacia afuera de EEUU, el impacto puede ser negativo, ya que los inversores en mercados emergentes -como el argentino- preferirán poner su dinero en los bancos norteamericanos que otorgarán mayores réditos e intereses que colocarlos en apuestas en el exterior.
El encarecimiento del crédito, complicará a las mayores empresas argentinas que salen al mercado a financiarse para sus nuevos proyectos.
Además, la suba de tasas aumenta la presión devaluatoria sobre otras monedas ante el endurecimiento del dólar.
No obstante, la FED, de ser demasiado agresiva, se enfrenta a la posibilidad de generar una recesión, ya que el consumo es el principal componente del Producto Bruto norteamericano.
Si bien Powell descartó la posibilidad de que ocurra una contracción en la economía durante este año y pretende que la economía entre en un “aterrizaje suave”, es decir, bajar la inflación y, al mismo tiempo, preservar el empleo y la actividad; entidades como Goldman Sachs y Deutsche Bank advirtieron de los crecientes riesgos de una recesión, e incluso la segunda afirmó que, si la FED aumenta sus tasas a un rango del 5% al 6%, el país entrará en dicho escenario durante el año próximo.
Tras la suba de este mes, la FED se encaminaría a realizar sucesivas modificaciones en la tasa para dejarla este año en un nivel “neutro” de aproximadamente 2,5%, es decir, un rango que no estimula ni restringe el crecimiento, según la agencia Bloomberg.
Sin embargo, existen dudas de que la FED se detendrá en ese número, más si la pretensión de la entidad es volver a colocar la inflación en su meta tradicional del 2% anual, y Powell ya adelantó previamente que “si es necesario ir más allá de una postura neutra a una más restrictiva, se lo hará”.
Gran parte de lo que suceda dependerá, asimismo, de la evolución de los precios internacionales de los “commodities” como los alimentos y los combustibles, los cuales, tras el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, motorizaron la inflación globalmente.