El N°1 del mundo cayó en su debut en Montecarlo y apenas lleva cuatro partidos disputados en una temporada que arrancó con escándalo en Australia y que, aunque lo niegue, todavía le vale consecuencias.

Tras el escándalo por no vacunarse contra el Covid-19 y perderse así el Abierto de Australia a comienzos de año, el tenista serbio Novak Djokovic, número 1 del ranking mundial de la ATP, vive en esta temporada su peor arranque de los últimos 16 años, cuando todavía no había ganado ni siquiera uno solo de los 87 títulos oficiales de su trayectoria.

Este martes, “Nole” perdió ante el español Alejandro Davidovich Fokina por 3-6, 7-6 (5) y 1-6 y quedó eliminado del Masters 1000 de Montecarlo en su debut, en la segunda ronda.

Djokovic era el máximo favorito de este torneo que se juega sobre polvo de ladrillo y que marca el inicio de los tradicionales campeonatos sobre esa superficie que sirven de preparación para el segundo Grand Slam del año, Roland Garros, en el que el N°1 debe defender el título para no perder el N°1.

Pero sobre el polvo de ladrillo monegasco se vio en Djokovic a un tenista errático, que falló bolas fáciles, empecinado en tirar drops que no funcionaban y enganchado en los gritos del público, que en un par de oportunidades lo desconcentraron y lo hicieron cometer errores indignos de unos de los mejores N°1 de la historia del tenis profesional.

El serbio está falta de ritmo tenístico. Dueño del récord de 37 títulos de Masters 1000, llegó a Montecarlo tras un mes sin jugar y sin haber conquistado un torneo en el primer trimestre de la temporada, algo que solamente le había pasado en 2006, cuando todavía estaba afuera de los primeros 50 puestos del ranking mundial.

En los últimos 16 años, Djokovic siempre llegó a la gira europea de polvo de ladrillo con algún trofeo en el bolsillo. Podía ser el Abierto de Australia o algo menor como Dubai, tal vez Indian Wells o Miami. Pero nunca llego “zapatero” como ahora.

“No creo que lo de Australia haya dejado cicatrices”, dijo en la previa del glamoroso torneo que ganó dos veces y en el que defendía los puntos de la tercera ronda alcanzada el año pasado.

Sin embargo, tras la derrota en su debut reconoció que “colapsó físicamente” en el tercer set. Djokovic por ahora no perderá el N°1 porque el ruso Daniil Medvedev está afuera del circuito por lesión, con el objetivo de recuperarse para disputar el Abierto de Australia, que es el que más puntos reparte y donde se termina la temporada fuerte de polvo de ladrillo.

El serbio también apunta a París, donde triunfó el año pasado. Si no vuelve a llegar a la final, perderá muchos puntos en el ranking. En este 2022, tras negarse a vacunarse contra el coronavirus, solo había podido jugar en Dubai, donde cayó en tercera ronda. Djokovic llegará al ATP de su natal Belgrado para reencontrarse con un público que le de una cálida ovación a finales de abril, con apenas cuatro partidos disputados en el año, uno por mes. Un promedio muy pobre para alimentar las defensas tenísticas necesarias para mantener el N°1 del mundo. Sin embargo, nunca se puede subestimar el corazón de un campeón. Menos el de un gran campeón. ¿Alcanzará para verlo en la final de Roland Garros? En los próximos torneos importantes no es necesario estar vacunado para jugar. ¿Funcionarán esos partidos como dosis de refuerzo al talento innato de “Nole”?