El presidente de la AFA quedó a cargo de la Liga Profesional, el órgano al que Tinelli renunció para elegir nuevas autoridades.

Parece que la guerra por el poder en el fútbol argentino finalmente está llegando a su fin, con el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia como vencedor, y -otra vez en el bando derrotado- el titular renunciante de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), Marcelo Tinelli, que obtuvo una última victoria pírrica en la Justicia.

Es que este miércoles, la Sala B de la Cámara Civil resolvió intervenir la LPF luego de que Tinelli planteara en la Justicia que hubo “severas irregularidades en el procedimiento” que impulsaron dirigentes apoyados por Tapia para destituirlo y llamar a nuevas elecciones en el órgano que organiza el torneo de Primera División y que negocia los derechos de televisación.

Pero lo que podría considerarse un triunfo de Tinelli se le vuelve en contra cuando en su fallo, la Sala B de la Cámara Civil continúa y le ordena a su rival en la interna del mundo del fútbol, “Chiqui” Tapia, convocar a elecciones en un plazo de 90 días para la designación de la nueva mesa directiva de la LPF.

Es decir que durante los próximos tres meses, el titular de la AFA será el responsable de coordinar el normal funcionamiento de la Liga y organizar la convocatoria para le elección de las nuevas autoridades de la LPF.

Por lo tanto, en la práctica, el manejo de la Primera División deja de estar en los oficinas de Puerto Madero de la LPF y regresa al que el fallecido Julio Grondona transformara en uno de los sillones más poderosos de la Argentina, el del despacho de presidencia en la sede de la calle Viamonte.

¿Se termina el doble comando? Con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada, se implementó en el fútbol un nuevo modo organizativo a mediados de 2017, con la creación de la Superliga.

Con la TV como eje central, ya que la gestión macrista decidió terminar con el “Fútbol para Todos”, que emitía los partidos en forma gratuita, y traspasarle los derechos de transmisión a los grupos empresarios del rubro, los clubes de Primera División iban a “profesionalizar” la gestión para tener campeonatos organizados como los de Europa y mejores ingresos por derechos de imagen del torneo vernáculo.

Tinelli, que sobre el final de la presidencia de Cristina Kirchner no pudo ser presidente de la AFA tras la papelonesca votación empatada en 38 votos cuando había 75 sufragantes, volvió con todo su impulso concluida la gestión macrista, cuando la Superliga fue disuelta y nació entonces la Liga Profesional, con el “Cabezón” como presidente.

Sin embargo, Tapia fue trabajando sin prisa pero sin pausa por los pasillos de AFA, el predio de Ezeiza y fue convenciendo a la mayoría de los dirigentes -sobre todo de los clubes denominados “chicos”- de que lo mejor era un regreso a las fuentes: todo el poder en Viamonte, donde está la “gente de fútbol” y no tanto los “empresarios” que “saben” de negocios. y marketing moderno.

El 24 de diciembre pasado, Tinelli denunció un “golpe institucional” y acusó a integrantes del Comité Ejecutivo de la LPF. Tras la denuncia mediática, el presidente de San Lorenzo en uso de licencia presentó una medida cautelar cuando los clubes que buscaron desplazarlo llamaron a elegir nuevas autoridades de la Liga.

El paso siguiente de Tinelli fue, en enero pasado, convocar a elecciones para presidente de la Liga Profesional para el 31 de marzo, que no se llevaron a cabo ante la intervención de la justicia, cuando el animador de TV logró una medida cautelar que suspendió una reunión en la que se iba a elegir a Malaspina como su sucesor.

En esa ocasión, el juez Camilo Almeida Pons resolvió que hubo “severas irregularidades en el procedimiento que pretendía derivar en la elección de nuevas autoridades”.

Ese criterio fue respaldado hoy por la Sala B de la Cámara Civil, que interviene la LPF y abre la puerta para que la AFA, si es que los clubes acompañan mayoritariamente la iniciativa de su presidente, “Chiqui” Tapia, recupere el mando para organizar los campeonatos de la Primera División del fútbol argentino. Y negociar directamente con el gran sostenedor de la actividad: las empresas de televisión.

Victoria pírrica de Tinelli. Allegados a la conducción de Tapia dijeron a Télam, en un tono jocoso, “saluden a la Liga Profesional porque se va. Le quedan 90 días de vida, como mucho. Y (Cristian) Malaspina no va a presidir nada”, en alusión al titular de Argentinos Juniors que con el apoyo de muchos clubes avanzó en diciembre pasado para desplazar a Tinelli y quedarse con el manejo de la LPF.

“Una mayoría de clubes respalda ahora la iniciativa del presidente de la AFA de disolver la Liga. La organización del fútbol argentino volverá así a la AFA, porque eso es lo que votarán los clubes en este proceso de 90 días que empieza hoy”, agregaron los voceros a la agencia estatal de noticias.