El medio británico especializado en economía y finanzas apuntó contra el propio informe interno del organismo internacional sobre el préstamo a Macri.
The Economist, la revista británica especializada en economía y finanzas, apuntó contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la falta de acuerdo con la Argentina, a la que le dio en 2018 el préstamo más grande de la historia del organismo, “que no fue lo suficientemente robusto para soportar los riesgos previsibles a los que se enfrentó”.
“El préstamo fue el mayor en la historia del FMI. Ha dejado a Argentina tan comprometida con el fondo que el país necesitará un nuevo préstamo a más largo plazo para ayudarlo a pagar el actual. A pesar de su tamaño, el rescate no logró salvar a Argentina del incumplimiento y la desesperación”, indica la nota “The IMF bashes the IMF over Argentina” de la última edición.
El artículo apunta a las principales conclusiones a las que arribó el Fondo en el informe interno “Ex post Evaluation”, conocido a finales de diciembre, en el que reconoce el fracaso del programa impulsado a partir del préstamo por 57.000 millones de dólares otorgado al gobierno de Mauricio Macri.
“La economía argentina, señala el informe, adolece de algunas debilidades estructurales de larga data. Sus finanzas públicas son notoriamente frágiles (sólo el 15% de la población activa paga impuestos sobre la renta, según la OCDE, y la energía está fuertemente subvencionada)”, advirtió.
Además calificó al sistema financiero local de “superficial”, que “tienta al gobierno a pedir prestado a extranjeros inconstantes”.
“Su rango de exportaciones es estrecho. La inflación es obstinadamente alta y solo responde de manera irregular a una política monetaria más estricta. A los argentinos les gusta mantener sus depósitos en dólares. Y a menudo ponen precio a las cosas con referencia a él”, continuó.
En otro tramo recuerda que el gobierno de Macri “no tenía mayoría” en el Congreso, situación a la que se sumó la “obligación” de “presentarse a la reelección en 2019 antes de que cualquier reforma económica dolorosa tuviera tiempo de dar sus frutos”.
“Dadas estas dificultades, el Fondo sabía que el préstamo era riesgoso. Sin embargo, no insistió en planes de contingencia adecuados por adelantado”, enfatizó The Economist.
El medio británico está plantado claramente en la vereda de enfrente del FMI. En septiembre pasado disparó contra la permanencia en el cargo de Kristalina Georgieva tras ser acusada por una investigación privada encargada por el Banco Mundial de haber adulterado cifras en favor de China y otros países en el informe de inversiones “Doing Business”.
“Por qué la líder del FMI debería renunciar” tituló entonces un editorial publicado en la sección Líderes de la edición impresa, pero la acusación no fue acompañada por los socios europeos del Fondo y quedó en la nada, aunque afectó sensiblemente la gestión de Georgieva.