El último parte médico del Sanatorio Otamendi indicó que la vicepresidenta continúa con una “evolución favorable”, en “buen estado general” y con “buena recuperación de la anestesia”.
El último parte médico difundido en la noche de este jueves por las autoridades del Sanatorio Otamendi informó que el “pólipo uterino” hallado tras la histerectomía que se le realizó a la vicepresidenta Cristina Kirchner “presenta características benignas”.
“La Dra. Cristina Fernández de Kirchner continúa con una evolución favorable del procedimiento quirúrgico realizado en horas de la mañana de hoy, en buen estado general y con buena recuperación de la anestesia”, afirma el comunicado de la directora médica de la institución, Marisa Lanfranconi.
La titular del Senado fue sometida a una histerectomía ampliada por vía laparoscópica que consistió en la extirpación del útero.
“De acuerdo a la evaluación macroscópica realizada, el pólipo uterino encontrado presenta características benignas. El resultado definitivo del examen histopatológico se emitirá la próxima semana”, cierra el comunicado.
Tras esta intervención quirúrgica se espera que CFK quede internada con una recuperación que puede extenderse de 48 horas a cinco días; luego podría comenzar a reincorporarse a sus actividades de manera gradual hasta retomar plenamente su rutina en unas tres semanas.
La histerectomía es una intervención mediante la cual se extrae el útero y, en algunas ocasiones, también los ovarios y las trompas de Falopio.
Algunas de las causas que motivan esta práctica quirúrgica son la presencia de fibromas, engrosamientos del endometrio, endometriosis, dolores crónicos en cadera o pelvis, o el hallazgo de tejidos malignos.
El sábado 2 de octubre, la titular de la Cámara acudió al Otamendi para realizar un chequeo programado, informaron sus allegados en aquel momento.
En 2014, su madre, Ofelia Wilhelm, se sometió al mismo procedimiento -una histerectomía- el el mismo centro de salud.
Mientras estuvo al frente del Ejecutivo, la dos veces expresidenta tuvo que someterse a dos prácticas quirúrgicas: en 2012 se le extirpó la glándula tiroides en el Hospital Universitario Austral, en Pilar, tras un diagnóstico que detectó nódulos y que luego constató que se trataba de “adenomas foliculares”.
En 2013, regresó al quirófano para ser operada por un hematoma subdural que había sido localizado entre el cerebro y el cráneo, y la cirugía, llevada a cabo en la Fundación Favaloro, se realizó sin complicaciones en menos de dos horas.