Designada al frente del PRO por Mauricio Macri, la exministra de Seguridad hizo el trabajo sucio para el exmandatario, que antes del desenlace se fue a Europa.
Patricia Bullrich se reunió con Horacio Rodríguez Larreta este jueves y terminó la ofensiva de su sector, los “halcones” del PRO, contra las “palomas” que conduce el jefe de Gobierno porteño, por lo que le anunció que no será candidata en las PASO, por lo que María Eugenia Vidal ocupará el primer lugar en la lista de candidatos a diputados por la Ciudad.
Con Mauricio Macri de vacaciones en Europa, y cuando faltan 22 días para presentar las candidaturas, Bullrich puede decir que el trabajo que le encomendó su jefe, el que la puso al frente del partido, ya está hecho. La disputa permitió que “la piba” (Macri) conduzca el proceso de armado de listas en el resto del país: no es un premio menor.
Eso era lo que quería Macri, que llamaba a la unidad: que no hubiera internas porque una elección podría haberlo dejado con menos presencia en la listas de la que quería, una muestra de debilidad inoportuna cuando debe enfrentar lo peor de la ofensiva judicial del kirchnerismo.
Las encuestas no acompañaban a Bullrich, según se pudo ver en las últimas semanas. Ofreció su nombre y el reconocimiento que consiguió con su postura de “mano dura” para encabezar las listas, pero ese espacio es minoritario en la sociedad.
En las últimas horas, cerca de Bullrich advirtieron que no piensa retroceder, fiel a su estilo, y hasta amenazaron con revivir uno de los tantos sellos de goma que lanzó la exministra. Se trata, en rigor, de los últimos estertores de una pelea que amenazó con salirse de madre por la intransigencia de Bullrich, una suerte de “perro cancerbero” de Macri.
La exfuncionaria macrista pretende ser precandidata presidencial en 2023 por el espacio en el que Macri ya descontó que no lo será.