En plena crisis por la pandemia de coronavirus, las dos entidades crearon el mayor grupo bancario de los últimos veinte años.
Finalmente no hubo sorpresas. Los directivos de CaixaBank y los de Bankia aprobaron la fusión de las dos entidades y el peso del primero en el nuevo banco será de alrededor del 75 por ciento y el del segundo, del 25 restante, según las fuentes consultadas.
Las reuniones de ambos directorios eran un trámite obligado luego de que los principales accionistas de ambos bancos (Criteria en el caso de CaixaBank y el Estado en el de Bankia) pactaran en una reunión en Madrid el martes los términos del acuerdo.
Las antiguas cajas de ahorros, ahora convertidas en bancos, aún no han comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) las valoraciones de cada una de las entidades, lo que definirá la composición exacta del accionariado del banco fusionado. CaixaBank y Bankia prevén comunicar hoy a primera hora, al arranque del mercado, los detalles de la operación.
Las reuniones se llevaron a cabo en los dos casos de forma telemática, pero este viernes el futuro presidente del nuevo grupo, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, darán cuenta en la sede de CaixaBank en Valencia de la operación, tanto a los analistas como a la prensa.
Con esos actos públicos, la nueva entidad deja clara su apuesta por que Valencia siga siendo la sede social de la nueva CaixaBank, algo que nunca se cuestionó durante las conversaciones.
Tampoco ha habido dudas sobre la marca comercial, que será CaixaBank, puesto que Bankia está asociada a diferentes casos judiciales.