A pesar de que se quedará a vestir los colores “blaugranas” durante un año más, está claro que ya nada será igual.
No era secreto para nadie, Lionel Messi se quería ir del Barcelona. El rosarino moría por jugar en otro club, probarse en otra liga, respirar nuevos aires. Y sí, el mundo se detuvo durante varios días esperando una resolución a la novela, todos queríamos saber en dónde iba a terminar Messi. Al final, se quedó en la capital de Cataluña y declaró que jamás iría a juicio contra el club de sus amores. Pero a pesar de que se quedará a vestir los colores “blaugranas” durante un año más, nada será igual.
Queda ahí a la vista de todos que el presidente del club, Josep María Bartomeu, no le permitió irse. El impacto de lo sucedido ya cimbró las redes sociales y Messi se queda en el Barcelona en una convivencia forzosa por un año. La relación entre el directivo y el jugador están más allá de toda reconciliación porque Messi y Bartomeu han tenido demasiados desencuentros públicos y esto lleva meses sucediendo. El astro argentino etiquetó a Josep como un mentiroso, y ha criticado con mordacidad la política de contrataciones del club, argumentando que no hay proyecto.
¿Qué sigue ahora? La temporada que se avecina está llena de incógnitas, principalmente sobre qué va a ser del Barcelona en el mediano plazo dado que el barcelonismo actual es representado enteramente por Leo. Luego está cómo manejará el nuevo estratega del equipo, Ronald Koeman, este desastre mediático al interior del equipo. Y ni qué decir de Philippe Coutinho y Antoine Griezmann, quienes a pesar de todo su talento son considerados un problema y unos inadaptados al club, futbolísticamente hablando.
Lo primero que sucedió luego de que Leo anunciara que se quedaba, es que volvió al entrenamiento y fue el primero en llegar. El astro rosarino se presentó en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí luego de haber realizado las pruebas médicas desde su casa. Esto le permite a Koeman disponer de Messi en los próximos amistosos que va a jugar el club, que serán claves para poner sobre la cancha la idea de fútbol que quiere para el Barcelona.
No podemos dejar de lado el impacto que la decisión tuvo en los equipos a los que Messi tenía más posibilidades de ir. Uno de ellos es el Manchester City, el cual dirige su amigo y exentrenador: Joseph Guardiola. Los Sky Blue son a 11 de septiembre los favoritos para ganar la EFL Cup inglesa en Betway, con un momio en las apuestas de fútbol de +275. La llegada de Messi al equipo celeste los hubiera cimentado como los elegidos para ganarlo todo en la temporada 2020-2021. Pero al final Leo no llegó y Pep se las tendrá que arreglar con lo mucho que tiene.
Messi y la relación con sus compañeros. Messi tiene tareas pendientes, como hablar con sus compañeros en su rol de capitán para poner las cartas sobre la mesa. La realidad es que no le será difícil recuperar el liderazgo en el vestidor, Leo es el mejor jugador de todos los tiempos y eso puede más que cualquier polémica. Además, será inevitable que se cruce en algún momento con Bartomeu, pero debido a la personalidad poco conflictiva de ambos, sería raro que intercambiaran agresiones verbales en público luego de un conflicto que se resolvió sin realmente resolverse.
La incorporación de Messi a la pretemporada del Barcelona es sin duda un respiro para un club que tendrá otra cara la próxima temporada. Por ejemplo, Ivan Rakitic ya regresó al Sevilla; la vuelta de Luis Suárez se antoja poco probable dado que son varios clubes los que lo pretenden; en tanto que a Arturo Vidal también le indicaron ya en dónde se encuentra la puerta de salida. Puede que ya sea demasiado tarde para realizar estos cambios si se toma en cuenta que se desperdiciaron dos de los últimos años de Messi en plenitud, de aquí en adelante todo es cuesta abajo.
Messi ya dijo que se va, que pase lo que pase esta es su última temporada en el Barcelona cuando tuvo que haber sido la anterior. Pero a pesar del descontento, el rosarino ya sentenció que lo dará todo este torneo, que su actitud no cambiará sin importar cuánto deseaba irse. No se esperaba menos de un profesional de la talla de Leo.