Es totalmente acertado decir que hoy la salud está por encima de la economía, pero me preocupa lo que el Presidente dice después de hacer esa afirmación.
El coronavirus Covid-19 causa temor y preocupación entre la población, pero ni siquiera el mayor miedo hace que los argentinos se puedan olvidar de la situación económica.
El Presidente aseguró en reiteradas ocasiones que la salud está por encima de la economía en este momento, lo que es absolutamente lógico y es adecuado que lo manifieste. Sin embargo, lo que me preocupa es lo que dice después, cuando manifiesta -con cierta liviandad- que en el camino veremos lo que se hace para recuperar la actividad económica.
Quiero imaginar que sólo es el discurso mediático, porque en realidad lo que le corresponde al Estado es enfocarse en la situación sanitaria, pero sin descuidar la cuestión económica ni dejarla librada a su suerte. Para eso el Estado tiene sus diferentes divisiones, para poder actuar en emergencias como estas en todos los niveles y todos los frentes.
Se deben poner todos los esfuerzos en el control de la propagación del virus, se deben tomar medidas para asistir a quienes son más vulnerables en este tipo de situaciones, pero también se debe tener un ojo puesto en los números del Estado, los cuales sin duda terminarán muy golpeados.
Me preocupa especialmente lo que para los especialistas será un hecho. La puesta en marcha de “la maquinita” y la elevación del nivel de emisión a la que se recurrirá para poder hacer frente a la emergencia.
Si es un hecho, es importante saber cuánto se emitirá, porque cada vez que “la maquinita” se enciende ese nivel de dinero puede impactar en los niveles de inflación y una vez que termine la emergencia -o cuando se comience a liberar un poco la circulación después de la cuarentena- eso va a ser otro golpe para los ciudadanos de a pie. Va a golpear a la clase media que tiene que ir al supermercado o la que tiene que pagar la cuota de un crédito hipotecario que está atado al IPC.
Por eso, quiero pensar que el presidente hace esas declaraciones para reflejar en qué está enfocado hoy el Gobierno, pero que detrás los equipos de Guzmán, Kulfas y todo el gabinete económico están concentrados proyectando cuál será el panorama durante el pico de la contingencia por el virus y después de que pase ese momento.
Tampoco hay que pedirles que se haga un plan como el chileno, el cual por momentos pareciera que prioriza la cuestión económica por encima de la sanitaria.
Quizás la posición más adecuada es la de especialistas que destacan que en un país como la Argentina, con más de un 30% de pobres, lo económico también es una cuestión de salud. Por tanto, se debe hacer un balance entre las medidas para no dejar que los que menos tienen queden protegidos por un lado, pero descubiertos por el otro.
Sin duda es una cuestión muy compleja y no va a haber forma de evitar que la crisis de la que veníamos, de alguna manera se profundice y volvamos a tener un año complicado desde lo económico. Sin embargo, y tal como se ha hecho con el virus, es distinto saber lo que se nos viene a encontrarnos con ello de golpe, porque teniendo un panorama podemos actuar de mejor manera.
* Columna publicada originalmente en memo.com.ar