El 8 y el 12 de junio de 1916, un oficial de la Marina de Guerra argentina, el entonces capitán de fragata (luego vicealmirante) Segundo Storni (1876-1954) expuso dos conferencias sobre los intereses marítimos argentinos, una temática prácticamente desconocida y hasta un tanto exótica por aquellos tiempos. En sus exposiciones, Storni abordó una multitud de aspectos muy poco difundidos hasta ese momento: rutas marítimas, comercio marítimo, pesca, industria naval, marina mercante, puertos, conciencia marítima, poder naval y política naval relacionada con la política exterior, entre otros temas. Ambas conferencias se publicaron en 1916 como libro con el título Intereses argentinos en el mar.
Storni fue un precursor de los intereses marítimos argentinos. Destacó al mar como motor de desarrollo y progreso, y enfatizó la condición de Argentina como país marítimo. Justamente, una de sus principales preocupaciones fue la falta de una comprensión más amplia de nuestros intereses en el mar y una acción mucho más vigorosa para afianzarlos; con esa observación, destacó una preocupante deficiencia histórica de Argentina como país: la falta de conciencia marítima, un país marítimo pero sin conciencia marítima.
En su primera conferencia, titulada “Razón de ser de los Intereses Marítimos Argentinos. Factores que facilitan u obstaculizan el desarrollo del poder naval de la nación”, Storni identificó, entre otros factores, al turismo, como una de las diversas prácticas que podían contribuir a orientar y acercar a los argentinos hacia el mar y generar así conciencia marítima en el país.
En 1916 los balnearios marítimos en Argentina constituían todavía un privilegio exclusivo de las elites. En ese contexto, y como una suerte de anticipación de las políticas democratizadoras de los gobiernos conservadores del período 1930-1943 en materia de tiempo libre y ocio, Storni advirtió que las playas balnearias, fruto de iniciativa privada, limitada, aristocrática, concluyen por arrastrar a la masa y se hacen una necesidad popular. Al referirse a la germinación de los ideales marítimos en el pueblo argentino, Storni señaló que en nuestro país los balnearios marítimos rivalizan con los establecimientos similares extranjeros; era el caso de Mar del Plata frente a Biarritz y San Sebastián.
Según Storni, el turismo en los centros balnearios marítimos representaba un recurso importante para intentar incorporar en los habitantes del país una visión nueva y más amplia del espacio argentino, pues el pueblo se acerca al mar, lo conoce, lo comprende, aspira sus brisas tonificantes, siente activarse su sangre y nuevas y grandiosas ideas abren su inteligencia a los esplendores de una luz desconocida.
En 1916, Storni expuso aquellas observaciones sobre el turismo como una de las formas de uso y aprovechamiento de los mares dentro del conjunto de los intereses marítimos y como una práctica para promover conciencia marítima. Cabe señalar que en aquel año, Argentina poseía unos pocos balnearios marítimos para el turismo: Mar del Plata (el más importante), Necochea, Miramar, Quequén y Ostende; en el registro de los emprendimientos turísticos frustrados, se encontraba Mar del Sud.
Entre la multiplicidad de aspectos estudiados en su obra, Storni manifestó una especial lucidez al identificar la importancia, las posibilidades y la proyección del turismo en los balnearios marítimos como un factor contribuyente para incitar a los habitantes de nuestro país a acercarse al mar y conocerlo y, de esa manera, generar conciencia y promover la progresiva incorporación de la perspectiva marítima en la sociedad argentina. Así, además de constituir una práctica para el tiempo libre, el ocio y la recreación de la sociedad, el turismo, en la visión del vicealmirante Segundo Storni, se convertía en un significativo instrumento de valor estratégico.
* Magíster en Defensa Nacional. Licenciado y profesor en Historia