Con este emprendimiento, la cooperación estratégica ruso-china alcanza otro nivel, estiman los analistas.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping,  inauguraron hoy por teleconferencia el gasoducto “Fuerza de Siberia”, a través del cual comenzará el suministro de gas ruso a China.

Se trata del sistema de transmisión de gas más grande en el Lejano Oriente ruso a través del cual el gas de los campos en Yakutia y la región de Irkutsk se transportará tanto al mercado interno ruso (a través de Jabárovsk hasta Vladivostok) como a China (a través de Blagovéshchensk).

El gasoducto fue construido en el marco del acuerdo para el suministro de gas firmado en mayo del 2014 entre la empresa estatal rusa Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC, por sus siglas en inglés).

El acuerdo tiene una vigencia de 30 años, prevé un suministro anual de 38.000 millones de metros cúbicos de gas y el monto total del contrato es de 400.000 millones de dólares.

La construcción del tramo de tuberías empezó el 1º de septiembre de 2014 cerca de la ciudad siberiana de Yakutsk, y según Gazprom, se trata de un “proyecto único” ya que durante la construcción se utilizaron “solo tecnologías rusas”

El costo de la construcción del gasoducto asciende a 15.600 millones de dólares y su longitud total es de unos 3.000 kilómetros en Rusia y de 5.100 kilómetros en China.

En Rusia, el gasoducto empieza desde el yacimiento de Chayandíniskoe (Yakutia) pasando por el yacimiento de Kovýktinskoe (región de Irkutsk, empezará a operar antes de 2025) hasta la frontera con China, en la provincia de Amur.

La ruta de la tubería se encuentra en condiciones climáticas extremas ya que atraviesa humedales, territorios montañosos y sísmicamente activos, áreas con permafrost y suelos rocosos.

Las temperaturas mínimas absolutas del aire en el territorio del paso del gasoducto varían de los -62 °Ð¡ en Yakutia a los -41 °Ð¡ en la región de Amur

En China las tuberías se extienden desde el río Amur hasta Shanghái, pasando por ocho provincias, donde se construyeron nueve depósitos subterráneos.

¿Por qué China necesita esta obra? China es el mayor consumidor e importador mundial de recursos energéticos. Su consumo anual de gas es de 280.300 millones de metros cúbicos y, de acuerdo con las previsiones de la CNPC, para 2035 la demanda crecerá a 610.000 millones de metros cúbicos, con un nivel de producción nacional de menos de 300.000 millones.

En 2018, China importó 125.500 millones de metros cúbicos de gas: el 42% provino de gasoductos y el resto fue gas natural licuado, originario de Estados Unidos.

De este modo, el gasoducto “Fuerza de Siberia” diversifica las importaciones de gas y mejora la seguridad energética de China.

El precio del gas ruso, según el contrato, se vincula a los precios del petróleo, lo que lo hace más competitivo en el mercado chino con respecto al gas de Birmania, Asia central, y en comparación con el gas natural licuado.

Además, este ducto se convertirá en un impulso para que China cree una infraestructura unificada de transporte de gas, lo que ayudará a las autoridades chinas a reducir los índices de carbono en su intento de mejorar la situación medioambiental y el desarrollo ecológico del sector energético.

“Fuerza de Siberia” suministrará:

* 5.000 millones de metros cúbicos de gas durante el 2020
* 10.000 millones de metros cúbicos de gas en el 2021
* 15.000 millones de metros cúbicos de gas en el 2022. La parte china debe usar como mínimo el 85% de ese volumen
* 380.000 millones de metros cúbicos de gas desde el año 2025