La ciudad bonaerense es un destino tradicional para los turistas en Semana Santa.

La ciudad bonaerense de Tandil, a 350 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, es una destino tradicional para los turistas que eligen descansar fuera de su casa en Semana Santa.

Año a año se reúnen alrededor de 60 mil turistas de todas partes del país para conocer la ciudad.

Los que eligen a esta ciudad emplazada entre las sierras más antiguas de la Tierra para realizar turismo religioso pueden realizar el Vía Crucis de la Tercera Edad, de la Familia y de la Juventud en el Monte Calvario.

Éste lugar se inauguró el 10 de enero del año 1943 y actualmente sigue funcionando, siendo conocido por sus catorce grupos de piezas escultóricas que van ilustrando las diferentes estaciones del Via Crucis. Junto a la Procesión del Santo Entierro, conforman los actos litúrgicos de mayor importancia y convocatoria del fin de semana.

El Monte Calvario es muy atractivo para el turismo por encontrarse dentro de un hermoso bosque de eucaliptos, pinos y olivos, con una hermosa vista de la ciudad a través de la Avenida España.

Otra actividad popular para el turismo religioso es el espectáculo “Jesús, el Nazareno”, sobre la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, organizada por el Municipio de Tandil. Allí participan gran cantidad de vecinos y vecinas de la ciudad, y se realiza dentro del Anfiteatro Municipal Martín Fierro, que está en el cerro del Parque Independencia, lo que posibilita disfrutar de del arte sentad entre la naturaleza.

Otra atracción de Tandil la constituye la feria de artesanos, emplazada en Parque Independencia, que se sale un poco del motivo religioso pero que no deja de ser muy recorrida por sus productos de soguería, cuchillería, platería, artesanías en madera, textil y más. Allí también tienen lugar espectáculos callejeros a la gorra.

Y claro, el turismo gastronómico tiene un capítulo aparte con los sabores de los tradicionales y famosos salames tandileros, que han logrado el reconocimiento de lugar de origen. 

Otra opción es alojarse en cabañas en las afueras de la ciudad y elegir actividades de turismo aventura como trekking, cabalgatas y rapel entre las sierras. Un imperdible para esto es subir el cerro de La Movediza, donde se encuentra una réplica de la piedra gigante que le dio fama a la ciudad a comienzos del siglo XX. Y también, claro, el paseo de la aerosilla en el cerro “El Centinela”.