En esta nota, el premiado autor de la investigación de los llamados “cuadernos de la corrupción”, advierte que la causa se acercó al núcleo del entramado de la corrupción. Denuncias cruzadas.
No hace falta buscar demasiado en el archivo para encontrar fuertes críticas de la expresidenta Cristina Kirchner a los empresarios. En noviembre de 2011, en la planta de General Motors, los cuestionó duramente. “Ganan fortunas y no las reinvierten en la Argentina. Que nadie se haga el distraído. Mi llamado fue para todos los sectores”, dijo.
Tenía razón de que una parte de los empresarios ganaron fortunas, especialmente los contratistas del Estado. Lo que obvió decir la exmandataria fue que gran parte de su gobierno era socio de aquella maquinaria perfecta. Los últimos testimonios añaden a ese esquema a jueces en actividad, como Luis Rodríguez, o retirados, como Norberto Oyarbide .
Las últimas horas han despertado las pasiones de todos los que siguen la causa de los cuadernos de las coimas. Lo resumía como al pasar el periodista Aurelio Tomás en una charla: “Es el Big Bang de la corrupción”. Quizá, la mejor metáfora que se pueda encontrar por estas horas.